Olympiacos 78

Real Madrid 79

OLYMPIACOS: Walkup (0), Canaan (21), Papanikolau (6), Vezenkov (29), Fall (0) -quinteto inicial-, Bolomboy (2), Sloukas (6), Black (0), McKissic (14) y Larentzakis (0).

REAL MADRID: Williams-Goss (9), Musa (6), Hanga (2), Ndiaye (3), Tavares (13) -quinteto inicial- Hezonja (12), Causeur (11), Sergio Rodríguez (15), Randolph (3), Rudy Fernández (3) y Llull (2).

Parciales: 24-17, 45-45 (descanso), 63-59, 78-79.

Árbitros: Pukl (Eslovenia), Vilius (Lituania), Difallah (Francia). Sin eliminados.

Incidencias: Zalgirio Arena de Kaunas, ante 15.442 espectadores.

 Un canastón de Sergio Llull a tres segundos del final con la mano del gigantón (2,18 metros) Moustapha Fall rozando el tapón coronó al Real Madrid como nuevo campeón de la Euroliga, poniendo la guinda a una singladura alucinante, la de un equipo que en su camino hacia la gloria se vio varias veces contra las cuerdas pero que a base de una fe inquebrantable en sus posibilidades y el empuje de su vieja guardia ha sabido mantenerse en pie para acabar abrazando su decimoprimer título de la máxima categoría continental.

En un encuentro en el que el Olympiacos se mantuvo casi siempre al mando del luminoso, los de Chus Mateo, cuestionadísimo a lo largo de todo el curso y campeón a la primera, encontraron recursos para no perder pie en el marcador. Sobrevivieron a las tempraneras desventajas que llegaron a ser de dobles dígitos (24-12) y tuvieron la templanza para no colapsar con el 78-72 adverso que señalaba el luminoso del Zalgirio Arena a dos minutos del final. Acudieron al rescate dos veteranos curtidos en mil batallas como Sergio Rodríguez y Sergio Llull, quienes aportaron el orden y el acierto que a los griegos les faltó en esos compases decisivos. El Chacho se hizo dueño y señor del balón y con cinco puntos seguidos acercó a los blancos para que Llull pudiera sacar a la palestra su instinto de killer con un canastón que es ya histórico. El lanzamiento final de Kostas Sloukas no encontró su destino deseado, sellando la derrota de los de Georgios Bartzokas.

Arrancó mejor el conjunto griego gracias a los triples de Isaiah Canaan y a las penetraciones de Sasha Vezenkov -ambos fueron los puntales de su equipo para acabar con 21 y 29 puntos respectivamente- y el 24-12 antes de acabar el primer cuarto encendió las alarmas en el conjunto blanco. Pero el Real Madrid se recompuso con contundencia. Rearmó su retaguardia, Mario Hezonja y Rudy Fernández aportaron puntos y a 6:16 del descanso el marcador ya había dado la vuelta: 29-31. Con ambos equipos intercambiando triples, al ecuador de la cita se llegó con un 45-45 y en la reanudación volvió a ser la muñeca de Canaan la que amenazó con gobernar la cita (57-52), con Nigel Williams-Goss y Walter Tavares, MVP de la Final Four, liderando la resistencia. 

El choque parecía decantarse a favor de los de Bartzokas, duros atrás y con Vezenkov anotando desde todas las distancias. El aplomo y acierto de Fabien Causeur fue vital para que el Real Madrid no perdiera el equilibrio en el tramo inicial del acto final, pero así y todo era el Olympiacos el que asomaba mejor armado para llevarse la gloria. Eso parecía con el 78-72 a dos minutos del final, pero los Sergios no habían dicho aún su última palabra.