Primer bocado de realidad
Veljko Mrsic, serio y reflexivo durante la mayor parte del partido, no puede debutar con éxito en el banquillo del Bilbao Basket y lo asume como “algo lógico”
BILBAO - Aquello de a entrenador nuevo victoria segura pasó a la historia. Veljko Mrsic se estrenó en el banquillo del Bilbao Basket con una derrota ante el San Pablo Burgos que le deja en una situación peor de la que se encontró el martes cuando aterrizó en el capital vizcaina. Lo mismo le ocurrió a Fotis Katsikaris cuando sustituyó a Txus Vidorreta en la única destitución que había vivifo el club bilbaino en la ACB. El técnico griego también cayó en su debut ante el Baskonia, pero con el paso de las jornadas el Bilbao Basket logró reaccionar, salió de la posición de colista y logró acabar la temporada cerca de los puestos de play-off tras una gran segunda vuelta. Ahora, aunque solo han pasado diez jornadas, todo el mundo se conforma con que los hombres de negro no pasen apuros y se encomienda a Mrsic para cambiar la tendencia derrotista y triste que está transmitiendo el equipo.
El técnico de Split mostró desde la misma rueda de calentamiento de sus jugadores un semblante serio y reflexivo que apenas varió durante el partido. Su gesto más habitual fue moverse en el corto espacio del área técnica con las manos en los bolsillos o los brazos cruzados. Esa dirección tranquila y poco intervencionista, aunque en ocasiones llegó a invadir la cancha para acercar las instrucciones a sus pupilos, solo se tornó en enfado y gestos airados ante las pérdidas de balón, sobre todo si esas provocaban canastas fáciles del conjunto burgalés. Era una de las consignas previas, pero el Bilbao Basket no logró controlar ese aspecto del juego. La ineficacia ofensiva ayer de los hombres de negro, provocada por la falta de confianza y agarrotamiento de muchos de los jugadores y la confusión que siempre provoca un cambio de entrenador, hizo que la victoria se alejara poco a poco, pese a que Veljko Mrsic trató de reconducir la situación con algunas decisiones que se prestan a debate como utilizar a Álex Mumbrú en la posición de tres durante casi diez minutos, colocar al equipo en una zona 1-2-2 que tampoco resolvió algunos de los problemas defensivos del equipo o, incluso, poner a Lucio Redivo de base en el último cuarto durante unos pocos minutos.
Nada evitó la peor actuación ofensiva del Bilbao Basket en la temporada y la tercera peor derrota en casa tras las sufridas ante el Barcelona y el Lietuvos Rytas. Y es que si otras veces el problema fue los muchos puntos recibidos ayer lo fue los escasos 62 que el equipo vizcaino logró hacer a un rival que promediaba 93 en contra hasta ayer. “No hemos jugado un buen partido, hemos empezado bien y hemos estado concentrados los primeros cuatro o cinco minutos, pero el desacierto en ataque cuando conseguíamos generar ventajas nos ha hecho bajar nuestra defensa y nos han metido puntos muy rápido”, explicó el entrenador del Bilbao Basket, al que tampoco convenció el rendimiento defensivo de su equipo. “La defensa debe estar mejor porque si metemos 60 puntos hay que intentar que el rival no los meta, que era el objetivo que teníamos hoy contra el Burgos”, expuso.
A consecuencia de esos errores, “el Burgos ha conseguido coger el partido en sus manos, hemos probado e intentado cosas, pero ellos han estado mejor que nosotros y han ganado con mérito”, añadió Veljko Mrsic, que marcará sus pautas con el paso de los partidos, aunque las prisas pueden provocar cierta inquietud. “Tenemos que jugar con más disciplina. En las posiciones de uno y dos tenemos gente joven y hay que trabajar con ellos para que tomen mejores decisiones y podamos reducir las pérdidas de balón”, apuntó sobre los problemas en ataque, que consideró “lógicos cuando hay un cambio de entrenador”. “Mucha gente quiere demostrar cosas y no hemos tenido la lógica que hay que tener para que las cosas salgan. Ha habido momentos en que hemos movido bien el balón, pero hemos estado desacertados y con muchos altibajos”, aseguró.
No obstante, la prioridad es recuperar mentalmente a una plantilla que se cae ante un soplido. Y eso no lo va a poder hacer solo. Hacen falta victorias y un compromiso global para que Miribilla deje de ser el chollo que es ahora mismo para cualquiera que lo visita. “Hay que empezar a ganar para crear una atmósfera mejor que la que tenemos ahora”, reconoció el técnico croata. Porque, en cierto modo, ayer chocaron dos fuerzas opuestas. La del club que llega impulsado por la ilusión y por el hábito ganador de varias temporadas en la competición inferior y la del club que se ha instalado en una dinámica de permanente insatisfacción y que después de muchos años vuelve a ver de cerca el precipicio.
Es obvio que el Bilbao Basket se ha visto en algunas peores, pero ahora se trata de ganar partidos y Veljko Mrsic no ha llegado con una varita mágica, que se sepa. Ayer fue su primera experiencia al frente de su nuevo equipo y mañana en Limoges tendrá la segunda, sin tiempo para hacer demasiadas variaciones. Ahora le toca analizar y no sería de extrañar que más adelante pidiera, como hacen la mayoría de sus colegas en circunstancias similares, algún movimiento para que el equipo se adapte mejor a sus ideas y sus decisiones tengan más posibilidades de éxito, que es lo que importa ahora mismo. “Tenemos que encontrar soluciones para los problemas que tenemos en el juego”, fue el resumen de la intervención de Veljko Mrsic. A él le corresponde descubrir si tiene el material necesario para ello.