Un ojo en la copa, otro en la enfermería
el bilbao basket sigue sumando mientras espera la recuperación definitiva de todos sus jugadores
Bilbao - El baloncesto no entiende de merecimientos. El balón cambia de manos cada 24 segundos, como mucho, y suelen pasar tantas cosas que al final lo que importa es meter un punto más que el rival. El Bilbao Basket se las arregló ayer para eso mismo y se llevó un triunfo que el Tuenti Móvil Estudiantes pudo hacer suyo en ese tiro último que se le quedó corto a Jaime Fernández. Una solo acción separa el éxito del fracaso, a un equipo al que todo le sale de cara, si se ponen a un lado las lesiones, y a otro que trata de enderezar su rumbo, pero solo se lleva disgustos. Por eso, seguramente, uno va 7-2 y el otro, 2-7.
El Bilbao Basket logró meter un punto más que su rival pese a firmar un 18% de acierto en triples y un 65% en tiros libres. Su mérito fue conseguir, gracias a que su depósito está lleno de fe y confianza, llegar vivo al final de un partido que apenas controló, salvo al inicio, y en esos minutos de la verdad provocar que la tensión se apoderara de los jugadores estudiantiles, que están negados a la hora de rematar los partidos. Tampoco estuvieron finos los tiradores del Bilbao Basket, sobre todo los especialistas Andjusic y Wragge, pero en esta ocasión los hombres de negro encontraron la manera de sumar cerca del aro de los madrileños muchos puntos que, al final, fueron determinantes.
Tiradores sin tino
El estadounidense hizo lo que acostumbra, tirar lo que le llega, aunque esta vez falló. Pero el serbio volvió a mostrarse remiso y dubitativo a la hora de lanzar a canasta. No parece que quien calificó Sito Alonso como “nuestro tirador franquicia” deba buscar ventajas a través del bote, una suerte que, en teoría, no domina ya que hay otros jugadores mejor dotados que él para conectar con los pívots en movimiento. De Andjusic se espera un paso adelante en la resolución de las jugadas, un instinto asesino que solo ha mostrado a cuentagotas, porque su actual 9 de 40 en triples, apenas un 23%, se antoja muy escaso. Ayer las ausencias de Bertans y Mumbrú le abrían una puerta que no franqueó.
No extrañó, por eso, que Dejan Todorovic le superara en el reparto de minutos. Si algo le sobra al otro serbio de la plantilla es el arrojo y la valentía propios de sus 20 años. “Estoy cansado de ser una joven promesa”, dijo hace poco en una declaración de sus intenciones. Por tercer partido de los últimos cuatro, el chaval cedido por el Unicaja puso su contador por encima de los 20 minutos en cancha, lo que le hace convertirse en un jugador cada vez más fiable que satisface las exigencias de Sito Alonso. Su error en la última defensa, por mala comunicación y por escasa concentración, pudo costarle el partido al Bilbao Basket, pero seguro que el menor de los Todorovic aprende de ello.
El caso es que el conjunto bilbaino ya ha conseguido salvar dos encuentros con una rotación limitada por las lesiones y ayer desequilibrada ya que había cinco jugadores para las tres posiciones exteriores y otros cinco para las dos interiores. Por eso, el técnico probó a jugar con los tres bases a la vez o con Wragge como alero. También activó de nuevo Sito Alonso la baza de Germán Gabriel, que empieza a parecer un recurso en situaciones de alarma. En los diez minutos que estuvo el malagueño en cancha, el Bilbao Basket tuvo un saldo positivo de ocho puntos, algo que indica que más allá del acierto su presencia sirvió para variar la tónica del partido.
El trabajo, la ambición y también unas dosis de suerte han llevado a los hombres de negro a sumar ya siete victorias y tocar la Copa con las manos. Pero ya se sabe que en el deporte nada es eterno y que lo que ahora es blanco puede volverse oscuro. Las lesiones afectan a la manera de preparar los partidos y el Bilbao Basket no va sobrados de recursos para el día a día, pero los resultados permiten que no deba haber urgencias a la hora de que los jugadores regresen. El derbi de este próximo sábado motiva a cualquiera, aunque quizás sea mejor que todo el mundo esté listo para las duras batallas que esperan en las últimas semanas de este año y las primeras del siguiente cuando los billetes para la Copa se repartan definitivamente ante rivales del mejor nivel. Porque el Bilbao Basket ya no puede esquivar que ese es su objetivo más cercano y para ello necesita de todos sus jugadores y de todos aquellos factores que hacen que el baloncesto sea imprevisible, tanto como el triunfo de ayer ante el Tuenti Móvil Estudiantes.