bilbao - Estados Unidos está donde se le esperaba cuando comenzó su recorrido en la Copa del Mundo el 30 de agosto en Bilbao. Serbia ocupa en la final de hoy (21.00 horas, Cuatro) el lugar que se había reservado para España en ese campeonato que se suele jugar antes de que empiecen los partidos. Pero no por ello el choque deja de tener interés. No en vano, se enfrentan dos de las selecciones con más historia del torneo, pese a lo cual es una final inédita en la que los estadounidenses parten como grandes favoritos ya que aún no han perdido ningún partido en el torneo. Es su destino como inventores del baloncesto, la razón que impulsa a la selección de Estados Unidos desde hace una década a perseguir el oro.
Pero Milos Teodosic, el genio que ha salido después de que Sasha Djordjevic frotara la lámpara del conjunto balcánico para conducir a la mejor Serbia de los últimos años, ya ha advertido de que su equipo “no va a salir al campo derrotada de antemano”. El orgullo hace que Serbia se proclame heredera de la Yugoslavia que sumó el último de sus cinco oros mundialistas hace doce años. Será la primera final en un campeonato absoluto con su denominación actual y un motivo para pensar que la final no está tan desequilibrada como parece y no descartar que le pueda exigir al máximo a Estados Unidos.
El rendimiento de Serbia en los últimos partidos le ha hecho merecedora de la final y ha colocado a Djordjevic entre los técnicos más avispados del torneo. “Es el rival más fuerte al que nos hemos enfrentado. Serbia tiene muchas armas con las que puede hacerte daño, juega con el espíritu que tenía Sasha Djordjevic, que era un gran jugador y ahora parece tener muy buena relación con sus muchachos”, comentó Mike Krzyzewski.
Coach K proclamó en la previa que “nuestro país debería estar orgulloso de este equipo porque lo han representado muy bien por cómo han jugado y por cómo se han comportado”. Esta selección de Estados Unidos, que no es desde luego la mejor que pueden formar, tiene un aliciente añadido ya que por primera vez en la historia pueden revalidar un oro mundialista. Pero Serbia tiene el carácter y algunos argumentos tácticos para poder hacer daño a un equipo que hace del despliegue físico, sobre todo a partir del descanso, su mejor arma.