Fuera tópicos y excusas. Los dos principales equipos de Bilbao están demostrando esta temporada que el cansancio solo es un estado de ánimo, que si la cabeza funciona las piernas van casi solas. La acumulación de partidos no está siendo un problema, al contrario. En el caso del Gescrap Bizkaia ha logrado salir indemne de su tramo de calendario NBA y con tres victorias en la Liga Endesa, intercaladas en medio de la eliminatoria ante el CSKA Moscú, ha relanzado sus opciones en la pelea por entrar en el play-off en la mejor posición posible. Caer ante los rusos entraba dentro de lo previsto. Lo importante es lo otro, el ser capaces de no descuidar las obligaciones ligueras en un momento crítico de la temporada, que podía haberle quitado mucho al equipo de Fotis Katsikaris.
Cualquiera podría haber encontrado un motivo para la debilidad o para la queja, pero los hombres de negro han dado muestras de una envidiable fortaleza de espíritu. Ganar la semana pasada en Sevilla tuvo mucho mérito, tanto como hacerlo ayer ante el Gran Canaria sin el concurso de Marko Banic, su máximo anotador. Entre ambas citas y la anterior no habían pasado ni 48 horas, pero eso no ha supuesto un problema para el Gescrap Bizkaia, sino al contrario: le ha dado un ritmo competitivo inalcanzable para sus rivales que sufrió ayer en sus carnes el conjunto de Pedro Martínez.
Para cuando se quisieron dar cuenta, los canarios ya perdían por 11-0 y eso es darle mucha ventaja al actual Gescrap Bizkaia. Katsikaris pudo manejar su rotación siempre con un colchón suficiente para no ver peligrar la necesaria victoria. El Gran Canaria planteó las dificultades previstas, con presión defensiva desde la línea de fondo y a ratos una zona 1-3-1 muy poca habitual ya en el baloncesto europeo, sobre todo durante tantos minutos. El técnico del conjunto balear buscó, sin duda, crear confusión en las cansadas mentes de los jugadores bilbainos, pero no logró su propósito porque, salvo unos malos minutos en el último cuarto, los hombres de negro supieron poner el balón donde correspondía en cada momento.
Dentro de la buena labor global de todo el Gescrap Bizkaia, resulta curioso que Pedro Martínez destacara a Raúl López como el jugador más destacado del partido. "Los minutos que él ha estado en pista se han notado mucho en el resultado porque siempre ha tomado buenas decisiones", comentó el técnico catalán del Gran Canaria, cuya simpatía hacia el base de Vic no sorprende ya que ambos bebieron de las mismas fuentes, las de la Penya. Sin embargo, si se miran las estadísticas se comprueba que la presencia en cancha de Raúl López se saldó con cero puntos para su equipo en ese nuevo apartado de más-menos. En teoría, ni frío ni calor. Lo que viene a confirmar que los números en el baloncesto son algo relativo, que como dijo en su día Bozidar Maljkovic comparándolos con los bikinis, "enseñan algo, pero ocultan lo principal".
máxima precisión El director de juego catalán tomó el relevo de un asfixiado Aaron Jackson, que había empezado el partido con dos triples en dos intentos, y fue poniendo las bases de la victoria sin prisa, pero sin pausa. Todas las soluciones que propuso el conjunto visitante fueron desactivadas por el buen movimiento de balón del Gescrap Bizkaia que nació en la privilegiada cabeza y el talento de Raúl López.
Al margen de individualidades, realmente el resultado de ayer puede ser atribuido a la diferencia de calidad entre unos y otros, a la distancia existente entre los distintos escalones de la Liga Endesa. El Gran Canaria no juega mal, hace las cosas con mucho sentido, pero carece del instinto asesino que, por ejemplo, les proporcionaba Jaycee Carroll. Al ahora madridista lo han sustituido por tipos como Dowdell o Haynes que quedan bien en las Ligas de verano, pero no pueden cargar un equipo sobre sus hombros.
Al contrario, el Gescrap Bizkaia puede sentir un cierto atasco en su juego, pero siempre aparece alguien dispuesto a sacar las castañas del fuego. Hervelle anotó tiros importantes, lo mismo que Blums y Vasileiadis, tan irregulares como valientes. Con tres triples seguidos al inicio del último cuarto, sin demasiada elaboración, mataron el partido los de Katsikaris. Su fondo de armario es amplio y ayer fueron para el Gran Canaria una especie de CSKA. El Gescrap Bizkaia apunta algo, sin excusas ni tópicos.