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CUATRO jugadores griegos militan esta temporada en equipos de la Liga Endesa y tres de ellos se darán cita hoy en el parqué del Bilbao Arena: Kostas Vasileiadis, Dimitris Mavroeidis y Michael Bramos. Además, en uno de los banquillos estará Fotis Katsikaris, quizás el técnico heleno más cotizado ahora mismo. En Miribilla se celebrará el día de Grecia, cuyo baloncesto atraviesa momentos de incertidumbre por los apuros económicos, aunque no deja de ser competitivo, como demuestra que el Olympiacos se haya colado en la Final Four de la Euroliga y el Panathinaikos esté cerca y que la selección helena lograra el pasado verano la clasificación para el Preolímpico, pese a que contaba con importantes ausencias.
Precisamente, los tres jugadores griegos que coincidirán hoy en la cancha contribuyeron a ese éxito en el Eurobasket para un equipo del que se esperaba menos. Vasileiadis, Mavroeidis y Bramos confían en que esa ayuda en momentos difíciles les permita alimentar el sueño olímpico y repetir citación, aunque lo tendrán difícil si algunas de las estrellas que renunciaron en septiembre quieren volver.
El rendimiento de los dos hombres de negro, dos griegos de pura cepa, está a la altura del resto del conjunto, mientras que Michael Bramos, de nombre heleno Michail Antonios, se ha convertido en el principal anotador exterior del Gran Canaria en su segunda campaña en la isla y está cubriendo más o menos el hueco que dejaron Jaycee Carroll y Jim Moran. Llegó a Las Palmas siendo casi un desconocido, pero poco a poco se ha ganado una reputación que llevó a que los dos grandes de Grecia se fijaran en él cuando trataban de configurar plantillas menos lustrosas.
Al final, Bramos se quedó en la isla y ha conseguido ser decisivo en algunas de las victorias del Gran Canaria esta temporada. El alero del conjunto insular es lo que en Estados Unidos un swingman, un jugador que no destacada especialmente en ninguna faceta, pero que gracias a su poderoso armazón (1,96 metros y 102 kilos) puede aportar en varias con cierta regularidad alternando las posiciones de escolta y alero. Y es que Michael Bramos nació en el estado de Michigan (25 de mayo de 1987), pero sus abuelos paternos eran griegos lo que le permite jugar como comunitario en ese crisol de nacionalidades que es el Gran Canaria.
Sus cuatro años en la Universidad de Miami en Ohio le permitieron acumular buenas referencias -elegido jugador del año en su conferencia en 2009 tras promediar casi 18 puntos- y fue tanteado por los Detroit Pistons de su estado natal en las Ligas de verano. Pero no terminó de convencer y decidió comenzar su carrera en Europa. No podía ser en otro sitio que en el país de sus antepasados. En la campaña 2009-2010, Bramos firmó por el Peristeri ateniense con el que promedió 8,9 puntos y 2,2 rebotes de media en 26 partidos. Números no extraordinarios, pero sí suficientes para que el Gran Canaria le fichara como un buen complemento para una plantilla en la que la principal responsabilidad correspondía a otros.
numeros fiables En su primer curso con la camiseta amarilla, sus medias fueron de 6,5 puntos y 2,2 rebotes en 18 minutos de juego. En el Eurobasket, firmó 7 puntos, 2 rebotes y 2 asistencias. Y en la segunda temporada en el Gran Canaria, ha elevado su aportación a 9,3 putos y 2,3 rebotes con seis minutos más de juego. Resulta, entonces, que Michael Bramos es un jugador bastante fiable, de esos que el club insular acostumbra a reclutar para proyectarlos hacia equipos más importantes. Con 25 años, el griego de Michigan puede seguir progresando y engrosar esa larga lista.