Lamiako fue testigo de los primeros partidos del Athletic, cuando todavía no era rojiblanco, sino blanquiazul, a finales del siglo XIX y principios del XX. Los ingleses descubrieron estas campas desde los barcos e implantaron allí la semilla del football en Bizkaia. "Un extraño espectáculo en donde varios jugadores corrían con un pelotón al que pegaban de lejos", reza en un mural junto a una imagen icónica de aquellos primeros jugadores que preside un campo de futbito al lado de la iglesia de San Máximo. Es la zona cero del club bilbaino, sus orígenes, donde todo empezó y se despertó la pasión y sentimiento por un club que ahora es casi religión.

Hoy en día también es la sede de la Fundación Fidias de Leioa, una organización no gubernamental que trabaja para la integración y el desarrollo interpersonal a través de las artes. Una entidad que ayuda a los jóvenes con pocos recursos ahora también a través del deporte gracias a la Fundación Athletic Club con sesiones semanales de multideporte, los lunes para adolescentes de entre 14 y 16 años, y los jueves para más txikis.

Y pese a llevar poco tiempo colaborando, el sentimiento rojiblanco ya ha calado. "¡Aupa Athletic vamos a ganar la Copa!", exclaman entusiasmados ante el desafío que supone la final del sábado frente al Barcelona mientras dan unos toques al balón bajo la atenta mirada de aquellos ilustres futbolistas que iniciaron la historia rojiblanca hace ya más de un siglo.

"Teníamos ganas de colaborar con el Athletic, pero la pandemia ha obligado a posponer el proyecto dos veces. Los chavales estaban con muchas ganas", resume David Alday, responsable de proyectos socioeducativos de la fundación, quien hace especial hincapié en los colores rojiblancos de la fachada de su sede. "Les apoyamos a tope, estamos a muerte con ellos a por la Copa", concluye.