Tras una pretemporada interminable, la espera acabó para el Athletic. El conjunto rojiblanco comenzará el sábado la Primera Iberdrola; lo hará en casa ante el Deportivo Abanca (16.00 horas) y lo hará ante su público. Y es que el club vizcaino anunció ayer que las pupilas de Ángel Villacampa regresarán a la liga en un Lezama que se abrirá a los aficionados para la ocasión, pero siempre respetando las medidas sanitarias y los protocolos de seguridad.

De esta forma, el Athletic explicó que el aforo del campo se reducirá a 314 espectadores; por lo que, tras restar las localidades necesarias para ambos equipos, prensa y organización, serán 257 asientos los que se pondrán a disposición de los socios. Para presenciar el partido, los socios deberán apuntarse desde hoy a las 10.00 horas hasta las 9.00 de mañana en el Txoko de los Socios. “Si se inscribiesen más socios que localidades haya disponibles, se realizará un sorteo, cuyo resultado se publicará en nuestra web el viernes a mediodía”, anunció el club mediante un comunicado en el que avisó, también, de que “los carnets serán intransferibles para tener identificados a todos los asistentes”. Sin competir en un partido oficial desde que estalló la pandemia, volver a Lezama y con aficionados en las gradas, seguro que sirve de motivación para las rojiblancas, que recibirán al equipo revelación del curso pasado.

Se trata de una buena noticia para una plantilla a la que le persiguen las lesiones. Y es que, tal y como ocurrió durante la temporada pasada, Villacampa no podrá contar con todos sus efectivos en el primer encuentro liguero, puesto que la enfermería se encuentra atestada con hasta siete jugadoras del primer equipo. A Nekane, Yulema Corres y Garazi Murua se le sumaron Erika y la recién incorporada Sophie Istillart, que sufrieron molestias en la final de la Euskal Herria Kopa y prefirieron quedarse en la caseta en el descanso. Además, el club rojiblanco trata con mimo a Lucía García, cuya rodilla sufre las sobrecargas de despuntar con la selección española, y a Ane Azkona, que continúa cumpliendo a rajatabla los plazos tras la rotura de cruzado que le obligó a pasar por el quirófano. “No solo es un número importante de lesionadas, sino que también son jugadoras muy importantes para nosotros”, reconoció Villacampa. Así que, el técnico rojiblanco quiere utilizar el par de entrenamientos que todavía le quedan antes de recibir al Deportivo, para “centrarnos en recuperar al mayor y mejor número posible de jugadoras para poder escoger un 11 competitivo de cara al comienzo de Liga”.

Con todo, a Villacampa no solo le preocupan las bajas, sino también la falta de ritmo con la que su equipo parece llegar al inicio de la Primera Iberdrola. La final de la Euskal Herria Kopa, aunque se acabara decidiendo por los penaltis, mostró a una Real Sociedad más afinada. Más en forma. Algo que el técnico rojiblanco achaca a la ausencia de amistosos en esta atípica pretemporada. Y es que las leonas volvieron al trabajo el pasado 20 de julio y, desde entonces, sin contar la mencionada Euskal Kopa, solo pudieron disputar un único partido de preparación ante el Alavés. Por lo que el Athletic se plantará el sábado, ante el Deportivo, con el único objetivo de darle una alegría a su público.

Idas y venidas

Mucho ha cambiado la plantilla de Villacampa desde el último duelo liguero. Este verano, el técnico tuvo que resignarse ante las retiradas de Ainhoa Tirapu y Ainhoa Álvarez;y aceptar las marchas de dos jóvenes joyas, cruciales en su proyecto, como Maite Oroz, que ahora luce la camiseta del Real Madrid, y Damaris Egurrola, que decidió probar suerte en el Everton. A cambio, el Athletic se hizo con los servicios de la centrocampista Sophie Istillart y la guardameta Amaia Peña; mientras que continúa tirando de la cantera, como demostró el reciente ascenso al primer equipo de Naroa Uriarte.

Cierto es que el propio Villacampa también tuvo oportunidades para marcharse, puesto que estuvo tentado por varios clubes, pero el entrenador toledano decidió mantener el año de contrato que había firmado con el Athletic: “Había dado mi palabra”. Así que el técnico rojiblanco se enfrenta a su segunda campaña en el banquillo de Lezama con el propósito de demostrar la validez de un proyecto que se quedó a medias la pasada temporada y con el fin de devolver la ilusión a una afición que el sábado podrá acompañar a las rojiblancas.