Síguenos en redes sociales:

Lo mejor y lo peor del Athletic-Espanyol

El conjunto rojiblanco fracasa en su último partido del año y se aleja de la zona europea tras caer ante un Espanyol afortunado

Iñigo Lekue ve la amarilla nada más concluir el partidoPankra Nieto | Miguel Acera

84

El Athletic encadenó una segunda derrota consecutiva por tercera vez esta liga y lo hizo en un cierre de año frustrante a manos de un Espanyol que supo sacar tajada de sus contadas oportunidades de gol y sacar petróleo de los errores del conjunto rojiblanco en las dos áreas y que retrata de nuevo la irregularidad del colectivo de Ernesto Valverde, al que no le funcionaron sus retoques en el sistema.

Lo mejor: El olfato de gol que recupera Berenguer y primeras señales de Sancet

Al Athletic le costará horrores digerir la derrota de anoche ante el Espanyol, que se distancia un mundo en la tabla de los leones, a los que saca nada más y nada menos que diez puntos y con un partido menos en su haber. Ver para creer. Lo cierto es que también cuesta sacar cosas positivas de una derrota que duele en el entorno athleticzale, que no sale de su despiste respecto a un equipo al que no se le acaba de coger la matrícula a causa de esa bipolaridad que muestra este curso y que le penaliza a la hora de creer en una fiabilidad, que asoma a cuenta gotas.

Y eso que el partido no pudo empezar mejor con un dominio del Athletic en todas las fases de juego, con una propuesta ofensiva que propició que los rojiblancos gozaran de buenas ocasiones para batir a un acertado Dmitrovic, aunque el gol tardó en llegar hasta que Alex Berenguer acertó a la segunda con un remate con la punta de la bota. Es el segundo tanto del navarro después de que se estrenara esta campaña ante el Atlético de Madrid, lo que se recibe como una buena noticia por la plusvalía que aporta uno de los futbolistas de la plantilla con más recursos ofensivos. Recursos que también posee Oihan Sancet, que ayer aseó esa pobre imagen que está proyectando este curso, pero aun así está muy lejos de la versión de sus mejores tiempos.

Lo peor: Los desaciertos que desolan y que vuelven a penalizar a un equipo discontinuo

El Athletic se empeña en ser un equipo que en ocasiones juega al azar, nunca mejor dicho cuando así lo hace un 22 de diciembre, día de la lotería por antonomasia. Porque el equipo de Ernesto Valverde volvió a caer en errores evitables cuando tenía el partido de cara tras el gol de Berenguer, errores que se produjeron en las dos áreas, tanto a la hora de no sacar más producción de sus llegadas al área rival, un mal endémico en esta campaña (21 goles anotados en 25 partidos oficiales), como a la hora de cometer despistes fatales en defensa, como el protagonizado por Adama Boiro y que derivó en el 1-2.

Te puede interesar:

El navarro había cumplido hasta ese fatídico minuto 53, pero no se trata de señalar a un jugador,porque Valverde también modificó su idea de inicio al prescindir de un delantero nato como Guruzeta para probar con Iñaki Williams, primero, y 15 minutos después rectificar para dar ese rol a Berenguer. Por no hablar de su insistencia en dejar a Lekue el marrón de ejercer de central cuando no lo es pese a que cumplió ante el Ourense y que no sirve de referencia por la menor entidad del cuadro gallego. Muchos se preguntan, entonces, para qué cuenta en la convocatoria con un central específico como es Iker Monreal, salvo que lo explique como un plan conservador en detrimento de apostar por un chaval de la cantera cuando es la razón de ser de la entidad. Un asunto para debatir.