Otra desilusión europea para el Athletic ante el Slavia

La premisa en la previa de enfrentarse al Slavia Praga era clara: ganar o ganar. No cabía otra posibilidad para el Athletic en su objetivo por alcanzar la siguiente ronda de la Champions. Claro que el conjunto checo afrontaba la cita con idénticas intenciones, pues arrancó el choque con solo dos puntos en su casillero tras cuatro jornadas, uno menos que los que figuraban en el zurrón rojiblanco. Después de caer por enésima vez en el Camp Nou, en esta ocasión además con dureza, pues no todos los días se encajan cuatro goles, la visita a la fría pero imponente Praga, que recibió el lunes al equipo con nieve, tenía una importancia doble por aquello del refuerzo moral.

Un hecho que tanta falta hace, no cabe duda. Así las cosas, las urgencias en uno y otro bando depararon una primera mitad con mucho ritmo, de muchas idas y vueltas, algo que cabía esperar, como así se encargó de dejar claro Ernesto Valverde en la previa. Pero el brillo, valga la redundancia, brilló por su ausencia. Además, hubo bastantes disputas, mucho contacto y las ocasiones en ambas porterías no fueron excesivas. Y como quiera que el Athletic no está especialmente enchufado ante la portería rival esta temporada, Oihan Sancet falló nada más empezar el partido una ocasión de esas que en condiciones normales no habría perdonado. Más claras y numerosas fueron las oportunidades de los rojiblancos en la segunda mitad. En solo tres minutos, entre el 50 y el 52, Robert Navarro dispuso de hasta tres oportunidades para haber superado al guardameta Jindrich Stanek, pero la falta de pericia del atacante en las dos primeras y una gran mano del portero en la última echaron al traste las intentonas rojiblancas. Que fueron prácticamente las últimas a pesar de que quedaba más de media hora por disputarse.

El partido se fue enturbiando un poco y la sensación de que la Champions se le escapaba al Athletic fue ganando más y más fuerza. Los nervios comenzaron a aflorar entre los jugadores y estos también depararon una circunstancia muy poco habitual en el fútbol, y es que ambos entrenadores fueron amonestados por protestar. Primero el del Slavia y después, tras la reanudación, Valverde.

EXTRAÑA GESTIÓN

Pero si hubo una circunstancia que llamó poderosamente la atención fue la de la gestión de los cambios realizada por Ernesto Valverde. El técnico decidió retirar del terreno de juego a Alex Berenguer antes de la hora de juego cuando este mejor estaba, poco después de que le pusiera dos excelentes balones a Robert Navarro. El primero, con un buen pase en profundidad y el segundo tras un medido centro a la cabeza que acabó con una gran parada del portero Stanek. Aunque entró Nico Williams, este pasó con más pena que gloria por el partido. De hecho, desde ese cambio el Athletic apenas volvió a inquietar a su rival. ¿Casualidad?