El derbi entre la Real Sociedad y el Athletic acabó con una tangana que afeó un partido que para nada fue bronco, en el que apenas hubo piques, algo propio de este tipo de encuentros, pero que no llegó a mayores por la rápida intervención de la mayoría de los jugadores de uno y otro equipo.

A la conclusión del choque, Oihan Sancet y Jon Mikel Aramburu tuvieron sus más y sus menos sobre el verde, lo que deparó en una enorme tangana, con los futbolistas de un lado y otro tratando de poner paz entre los dos protagonistas. Después de varios instantes de enorme tensión mientras en la grada la afición de la Real celebraba el triunfo de su equipo, el árbitro, José Luis Munuera Montero puso fin al asunto mostrando sendas cartulinas amarillas.

Solo así se rebajó la tensión de una tangana que afeó un derbi de mucha tensión, pero que en el que las jugadas polémicas y los piques entre unos y otros brillaron por su ausencia.

La previa del encuentro arrancó con un caluroso recibimiento al autobús de la Real Sociedad, que como novedad, accedió por la zona sur del estadio de Anoeta, cerca del coqueto estadio de atletismo. Allí les esperaban unos 3.000 aficionados locales, que quisieron hacer entrar en calor a los suyos, que respondieron bajándose del bus para agradecerles los ánimos. El Athletic, por su parte, llegó al campo unos pocos minutos antes, por donde siempre, donde apenas le recibieron dos decenas de seguidores rojiblancos.

Después, Xabi Solano y Süne amenizaron la previa con un grupo de dantzaris sobre el verde de Anoeta bajo la lluvia y el derbi acabó con una tangana que lo afeó.