Con el nunca despreciable factor campo de su lado, el Athletic gestiona esta tarde (18.30 horas) un compromiso que suele afrontarse con mala cara. Llega además como remate a una semana muy cargada, que ha incluido dos batallas que se hicieron muy largas, ante Elche y Qarabag. Hubiese dado igual la identidad del tercer rival que tocaba en suerte, siete días es un plazo muy exiguo para ser afrontado con garantías casi por cualquier plantilla del fútbol profesional, pero encima se trata del Getafe de José Bordalás. Así que conviene prepararse para asistir a un choque muy físico, trabado, áspero en las disputas, el clásico partido donde tomar ventaja en el marcador resulta fundamental. Dicho con otras palabras, la inspiración en ataque, o en su defecto un golpe de fortuna, se antoja clave para aliviar las penalidades que se auguran sobre el césped de San Mamés.

Nada que pille desprevenido ni al equipo ni a la afición. En el extenso y variado menú que oferta la liga, el conjunto madrileño sería el señalado en caso de tener que escoger un plato indigesto. La antipatía que genera el Getafe se amplifica por la figura de su entrenador, responsable de un proyecto que rara vez recibe el aprecio que merece. Las intervenciones del técnico ante el micrófono salpican una trayectoria de bastantes años que ha servido para demostrar que con una economía de guerra es posible ir a la guerra contra equipos con presupuestos muy superiores. Quizá las formas le pierdan a Bordalás o disguste ver cómo se emplea su tropa, pero lo que de verdad adultera la competición son los favores de toda índole que reciben los grandes.

Meterse con el Getafe sale barato, no tanto conseguir que doble la rodilla. En la actualidad figura en la clasificación con solo tres puntos menos que el Athletic. Ambos protagonizaron un muy rentable inicio de campeonato: en la cuarta jornada iban igualados en la zona noble con nueve puntos. Luego le ha costado más sumar, pero también es cierto que se ha cruzado con Barcelona y Real Madrid. Esta tarde se presenta en La Catedral con alguna baja en la línea defensiva, pero a la espera de conocer si el central Abqar llega a tiempo están aptos los Duarte, Djené, Iglesias y Rico.

Grave lesión del capitán

En el Athletic destaca la ausencia de Iñaki Williams. Una noticia que ha de calificarse como extraordinaria, aunque se va a mantener en el tiempo. El club informó en la tarde de ayer del alcance exacto de la dolencia que el capitán sufrió ante el Qarabag y las noticias no son buenas. Después de las pruebas complementarias a las que ha sido sometido el mayor de los Williams, se ha comprobado que padece una lesión muscular severa en el aductor largo de su pierna derecha con afectación tendinosa. No se fija el periodo de convalecencia, pero no es descartable que se extienda durante al menos dos meses. Por lo que, esta tarde, su lugar sobre el verde lo pueden ocupar Alex Berenguer o Robert Navarro, aunque está por ver qué decisiones adopta Ernesto Valverde.

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Tampoco está claro qué intenciones baraja con respecto a Nico Williams, Oihan Sancet y Gorka Guruzeta. Solo este último jugó completo el encuentro de Champions League y no sería raro que figurase en el once por aquello de aprovechar su idilio con el gol. Sancet realizó el pasado miércoles un gran despliegue sin obtener excesivos frutos, mientras que el extremo izquierdo volvió a poner de manifiesto que se halla muy alejado de la versión que de él se espera. Jugar de seguido es una manera de coger la onda, tal y como señaló Valverde, pero en su caso es innegable que los problemas de pubis constituyen una grave limitación.

Las dudas se concentran pues en las posiciones ofensivas. Por lo demás, se prevé que Jesús Areso y Dani Vivian recobren la titularidad, al igual que Iñigo Ruiz de Galarreta. Por otra parte, la continuidad de Yuri es una incógnita porque ha acumulado los últimos 180 minutos. El hecho de que tras este partido la plantilla vaya a disfrutar de una semana limpia para recuperarse y preparar el derbi de Anoeta asoma como uno de los factores a estudiar por un Valverde que quiere confiar en el refuerzo moral derivado de la victoria sobre el Qarabag.