El Getafe asoma como uno de los nombres propios en el álbum de Raúl García (Zizur Nagusia, 11 de julio de 1986). No en vano, la tarde del 13 de septiembre de 2015 se recuerda como la del debut como rojiblanco del navarro, que fichó por el Athletic en las últimas horas de aquel mercado veraniego ya con la liga iniciada y que se convirtió en la baza de la Junta Directiva de Josu Urrutia para sacar músculo en una temporada en la que el colectivo de Ernesto Valverde competía en Europa por segunda campaña consecutiva.

El Txingurri no lo dudó al dar la titularidad a un Raúl García, formado en Osasuna, que había hecho carrera en el Atlético de Madrid y que iniciaba su etapa en San Mamés con el objetivo de convencer al athleticzale, que en su gran mayoría no proyectaba demasiada empatía por el jugador a tenor de ciertos antecedentes. Raúl García, sin embargo, se ganó a la parroquia de La Catedral desde el minuto cero, cuando arrancó el enfrentamiento frente al Getafe correspondiente a la tercera jornada liguera, ya que se mostró intenso acorde a su ADN y no tardó en dejar su impronta, ya que a los 23 minutos leyó un centro al área azulona de Markel Susaeta, se elevó por encima de la defensa rival y ejecutó un golpeo con la testa que superó por alto a Vicente Guaita, el entonces meta del Getafe.

Lo de Raúl García, por tanto, fue un llegar y besar el santo. El Athletic ganó aquel encuentro por 3-1, ya que a los seis minutos Aritz Aduriz, con el que el navarro hizo muy buenas migas, abrió la lata, Raúl hizo el 2-0, a vuelta de vestuarios Velázquez recortó distancias, pero ya en la recta final Aduriz vio puerta de nuevo para sentenciar al Getafe. Raúl García abandonó el verde a los 77 minutos de juego bajo una atronadora ovación a cargo de la afición rojiblanca, que bendecía la llegada de un futbolista diferente, un ganador nato, que disputó aquella tarde el primero de sus 363 partidos con el Athletic, la tarde también en la que marcó el primero de sus 84 goles como león.

Raúl García decidió poner fin a su carrera y colgar las botas el 25 de mayo de 2024, cuando completó su último partido con el Athletic en Vallecas, saldado con victoria rojiblanca sobre el Rayo (0-1) y cerrar una brillante etapa en la entidad bilbaina, en la que conquistó la Supercopa de la temporada 2019-20, cuya final se tuvo que jugar a puerta vacía en La Cartuja de Sevilla, escenario en el que puso el colofón a su trayectoria con el logro del ansiado título de Copa tras imponerse en la finalísima al Mallorca.