Lo mejor y lo peor del Valencia-Athletic
La expulsión de Dani Vivian cambia el guion del partido y penaliza a los rojiblancos
Todo un varapalo. Los partidos se deciden en detalles y el de Mestalla pude dar fe de ello, porque el Athletic fue muy superior en juego al Valencia, al que le perdonó en sus ocasiones de gol, hasta que llegó la tarjeta roja a Dani Vivian, que dibujó un encuentro diferente y que penalizó a un conjunto rojiblanco que encajó su tercera derrota consecutiva.
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En el fútbol no se gana por los puntos como sí sucede en el boxeo. Se gana porque se mete más goles que el rival y por eso el Valencia se llevó la victoria en Mestalla ante un Athletic que sacó mejor juego especialmente en los primeros 45 minutos, en los que fue muy superior al cuadro che, muy pobre en sus prestaciones y al que el colectivo de Ernesto Valverde, que cumplió su segundo partido de sanción, le perdonó de cara a gol. Fue, sin duda, una de las claves de un partido que bien podría haber sentenciado el Athletic al poco que hubiera lucido atino en sus ocasiones.
Las notas de Pako Ruiz: la gestión de Galarreta no vale
Los rojiblancos no parecieron de salida notar el esfuerzo del compromiso del pasado martes de Champions League ante el Arsenal. Lejos de asomar desgaste alguno, los leones, con tres novedades en el once inicial respecto al equipo que compareció frente a los gunners, se sintieron cómodos sobre el verde gracias a su presión sobre la primera línea de salida de un Valencia que no encontraba la tecla para generar juego, que, en cambio, sí lo generaba un Athletic al son de Iñigo Ruiz de Galarreta y de Mikel Jauregizar en la medular, donde se hicieron los dueños de la situación. De sus botas nacieron la mayor parte de las aproximaciones de un equipo que también encontró buenos detalles de un Jesús Areso que produce cuando tiene metros por delante y de un Robert Navarro que quiere hacer cosas, pero que debe mejorar sus últimas decisiones.
Lo peor: La dinámica perdedora que debe cambiar
Los números surten su efecto a la hora de retratar a un conjunto. Y estos no hablan bien precisamente de este Athletic, al que le cuesta horrores hacer gol, un déficit que le castiga. Tanto que se cierra una semana negra, muy negra, para los intereses del colectivo rojiblanco, que encadena tres derrotas consecutivas, dos en liga y una en Champions, una tacada que no se producía desde la temporada 2022-23, cuando los leones, en la primera campaña de la tercera etapa de Valverde, cayeron en liga ante el Atlético de Madrid (1-0) y Girona (2-3) y en el partido de ida de las semifinales de Copa ante Osasuna en El Sadar (1-0).
Pero no solo preocupa la falta de triunfos, sino también la ausencia del gol, un hándicap que requiere una corrección cuanto antes. Encadenar tres encuentros sin ver puerta es un síntoma que llama mucho la atención y que no deja en buen lugar a los futbolistas llamados a batir las porterías rivales. El Athletic volvió a firmar en Mestalla todo un ejercicio de ineficacia, pese a gozar de cinco ocasiones en el primer tiempo, mientras que en el segundo apenas asustó se Julen Agirrezabala, que se convirtió en uno de los verdugos de sus excompañeros. Una sequía que no se daba dese la campaña pasada,