España inició su camino clasificatorio para la Copa del Mundo de 2026 con Unai Simón y Nico Williams sobre el césped y el descarte de Dani Vivian entre los 23 elegidos para la cita contra Bulgaria, un duelo abrumadoramente desequilibrado que los de Luis de la Fuente solventaron sin despeinarse, con un nivel superlativo en relación a un rival que no llegó a intimidar en ningún momento. El concurso de los jugadores del Athletic fue anecdótico, sin incidencia en una victoria obligada.

Bulgaria cedió desde el primer suspiro la iniciativa. Instaló un bloque bajo tratando de asfixiar los espacios en situación defensiva. España se lanzó a por el área rival, con Lamine Yamal haciendo diabluras. Cuando aún se desperezaba el partido, Zubimendi conectó con Oyarzabal, que fusiló sin compasión a Vutsov en el minuto 5.

El transcurso de los minutos confirmó que Bulgaria, una selección número 84 del ranking FIFA, anclada en el pasado –no juega un gran torneo desde la Eurocopa de 2004 y un Mundial desde 1998–, sería un muñeco en manos de España, que visitaba por primera vez el país. El segundo tanto pudo llegar en el 12’ de no ser por el fallo en el mano a mano de Oyarzabal con el portero.

El fútbol, sin embargo, es complaciente. Muy democrático. En el 20, Kirilov, con un disparo que golpeó en Pedro Porro, mandó la pelota al palo de la meta de Unai Simón, que no había tocado el esférico y sería una suerte de espectador a lo largo del encuentro. Fue un chispazo. El susto fue respondido con una ocasión de Yamal. El juego retomaba su cauce. No había discusión sobre el dominador. La presión tras pérdida de España surtía efecto. Bulgaria estaba maniatada, buscando el juego en largo pese a su propuesta inicial.

Cucurella hizo justicia con su primero gol internacional al aprovechar un rechace de la zaga rival y armar un potente disparo cruzado cumplida la media hora.

Nico, con escasa participación junto a la línea de cal, comenzó a buscar recepciones en zonas interiores. La falta de espacios y la multiplicada vigilancia anulaba la velocidad del extremo. El juego de España estaba volcado a la banda derecha de Yamal, más liberado pese a su incidencia. 

Merino, a saque de esquina de Yamal, engordó las cuentas con un testarazo libre de marca en el 38. Era una cita para recaudar goles, un plácido comienzo del trayecto hacia el Mundial. El público local aplaudía el simple hecho de superar la franja del centro del campo.

La segunda mitad arrancó como un calco de la primera. Yamal volvió a marrar su oportunidad de engordar el botín. Una buena dejada de Nico propició un disparo de Merino que se estrelló en el larguero. La autoridad de España permanecía aplastante

Nico dispara sin acierto

De la Fuente, sediento por plasmar la jerarquía, solicitaba más disparos a portería. La sangre emanaba un fuerte olor en el estadio Vasil Levski. Nico cumplió las órdenes con un chut que atajó el guardameta sin esfuerzo.

Superada la hora, De la Fuente apostó por dar rodaje a Carvajal y Rodri, venidos de graves lesiones. La circulación de balón de España devolvió la pelota a Nico, que volvió a intentar un disparo que se fue desviado. Las acciones defensivas búlgaras eran vitoreadas como acciones próximas al gol.

Lo último reseñable fue el debut de Jesús Rodríguez, jugador del Como, sustituido por Yamal, que pese al empeño se marchó sin su gol.

Poco reproche cabe para España. Si acaso, la falta de puntería en un duelo que pudo terminar con un resultado mucho más abultado. El próximo escollo, que será este domingo ante Turquía en feudo ajeno, se antoja distinto. Georgia completará después la terna de rivales en esta carrera por acceder al Mundial. Cabe recordar que a España solo le vale la primera posición para firmar el pase directo; si no, tocará jugar la repesca.