Manchester United y Tottenham se jugarán en San Mamés el título de la presente edición de la Europa League. Será el próximo miércoles 21 de mayo, a las 21.00 horas. Sin embargo, no será la primera vez que un equipo inglés ejerza de local en el estadio del Athletic. Porque en el Mundial de 1982, La Catedral se convirtió en la casa de la selección de Inglaterra durante la primera fase de la competición.

Tres encuentros disputaron los Three Lions, ante Francia, Checoslovaquia y Kuwait; y los tres los ganaron con las gradas llenas y el público local a su favor. Y es que cabe destacar que, antes de que Naranjito se pusieras las botas, el combinado inglés aceptó un amistoso (1-1) con el Athletic con el objetivo de homenajear a un Txetxu Rojo que se retiraba. Fue la primera vez en la historia que Inglaterra se enfrentaba a un club, todo por una zurda que deslumbró en 541 ocasiones; y eso la afición vizcaina no lo olvidó. Así que cuando los por aquel entonces pupilos de Ron Greenwood aterrizaron en Bilbao, ya eran unos ídolos.

Remodelación de San Mamés

La llegada del Mundial revolucionó San Mamés, que se sometió al derribo de varias tribunas para remodelarlas y ampliar aforo y mejorar accesos; y a una sociedad vizcaina que en esos momentos vivía los denominados “años del plomo” del conflicto vasco. Pero que, a la vez, disfrutaba del desembarco definitivo de la televisión a color y de un Javier Clemente al que el rejuvenecimiento de la plantilla rojiblanca le salió de maravilla: una Liga en el 82 y el doblete del 83, el último de la historia del Athletic. Así, en la época en la que las hinchadas no se dividían por el estadio y el fútbol podía disfrutarse sin problemas de pie, San Mamés se convirtió en La Catedral de Inglaterra. Y, así, justo cuando Margaret Thatcher anunció al mundo que Las Malvinas eran británicas porque Argentina se retiraba, Bilbao se transformó en una orgullosa colonia inglesa.

Se esperaban más de 20.000 aficionados en el botxo de forma permanente, pero las cifras no se consumaron ya que muchos seguidores no pernoctaron en la villa. De hecho, ni Inglaterra se hospedó en Bilbao, sino que optó por un hotel ubicado a los pies de la playa getxotarra de Ereaga. Pero lo que si se cumplieron fueron los clichés del inglés buen –o más bien mucho– bebedor. Y es que las crónicas de por aquel entonces hablan de más de 400.000 litros de cerveza despachados diariamente. Obviamente no fueron todos a parar a gargantas inglesas, sino que también hubo muchos franceses que optaron por cruzar la muga en coche y otros tantos locales que se apuntaron a la fiesta del fútbol. Y la clave estuvo en estos últimos. Porque si el público respondió en los tres encuentros de la fase de grupos disputados en San Mamés fue gracias a que los seguidores vascos colaboraron y ayudaron a que La Catedral presentara un casi lleno en todos los duelos.

Tres victorias de tres partidos

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El idilio entre San Mamés e Inglaterra fue tal, que La Catedral se convirtió en el talismán de los Three Lions. Solo así se comprende que en el estadio del Athletic ganaran todos los encuentros que disputaron en la primera fase de grupos, pero que en cuanto hicieron las maletas para trasladarse al Santiago Bernabéu con motivo de la segunda fase, cayeran eliminados tras empatar a nada con España y Alemania Occidental. A Inglaterra se le secó la pólvora en Madrid y comprendió que sin Bilbao no hay paraíso.

De hecho, en San Mamés los de Greenwood protagonizaron un pleno de victorias: tres de tres. Y empezaron fuerte. Porque el azar del sorteo quiso que el primer partido en La Catedral fuera el encuentro estrella de la primera jornada: Inglaterra-Francia. Michel Platini en el césped, 44.000 personas en las gradas y 40 grados intratables en el ambiente. Ganaron los ingleses 3-1 y, además, se vivió el que por aquel entonces fue el gol más rápido de un Mundial. 27 segundos tardó Bryan Robson en poner por delante a su selección. Un combinado que después pasó por encima de Checoslovaquia (2-0) y Kuwait (0-1), rivales con menos focos pero que fueron capaces de llenar San Mamés.