El partido del jueves en San Mamés ya es historia. La contundente victoria del Manchester United a costa de un Athletic golpeado por sus errores y algún fallo arbitral obligará a los rojiblancos a realizar una gesta para alcanzar la final de la Europa League que se celebrará el próximo día 21 en Bilbao. Tres goles en quince minutos, el segundo de ellos de penalti, cometido por Dani Vivian sobre Rasmus Hojlund que supuso, además, la expulsión por roja directa del central, han puesto muy cuesta arriba las opciones del Athletic, que para colmo jugará el choque de vuelta en Old Trafford. A los bilbainos les toca remar contracorriente en un mar picado, salvaje, pero en este del fútbol nunca se sabe. Solo una heroica remontada les permitirá alcanzar el sueño de jugar la final en San Mamés, y a ello se aferran Ernesto Valverde y su tropa. Motivos hay para creer en una bilbainada, aunque la historia y la estadística no parecen estar del lado rojiblanco.
Desde que en la temporada 1955-56 se creara la Copa de Europa –posteriormente nacerían la Copa de Ferias, que pasó a ser la Copa de la UEFA en 1971, y la Recopa–, solo dos equipos han conseguido voltear un marcador adverso de tres goles jugando la vuelta lejos de su estadio. Ambas remontadas se han dado en lo que va de siglo y son el clavo ardiendo al que se aferran los rojiblancos para creer. A eso y a que en el tiempo en el que el partido se jugó en igualdad numérica, a pesar del tanto de Casemiro a la media hora de juego, el Athletic ofreció una mejor imagen que el Manchester United, al que pudo haber marcado por medio de Alex berenguer e Iñaki Williams, quienes fallaron dos clarísimas ocasiones de gol.
El primer equipo en lograr una remontada como la que le haría falta al conjunto bilbaino fue el Dinamo de Bucarest. Lo logró en la temporada 2009-10, cuando eliminó al Slovan Liberec checo en la última ronda previa de la Europa League, que estrenó nombre ese mismo curso. El primer partido se disputó en la capital rumana y estuvo salpicado por unos incidentes en las gradas que obligaron al colegiado austriaco Thomas Enwaller a decretar el final del encuentro en el minuto 87. Para entonces, los visitantes mandaban por 0-2 en el marcador, pero a 48 horas de que se jugara el choque de vuelta, la Comisión Disciplinaria de la UEFA acordó darle por perdido al choque al Dinamo por 0-3, sumándole un gol más al cuadro checo.
Aunque todo parecía encarrilado para que el Slovan Liberec accediera a la fase de grupos, cayó derrotado en su estadio por 0-3, lo que llevó el partido a la prórroga y una larguísima tanda de penaltis con diez lanzamientos por parte de cada uno de los equipos que terminó con un marcador de 8-9 favorable al Dinamo de Bucarest.
La gesta de Mendilibar
El segundo antecedente es mucho más reciente, de la temporada pasada concretamente, aunque fue en la Conference League y tuvo como protagonista al Olympiacos de un viejo conocido en Bilbao como José Luis Mendilibar. El técnico de Zaldibar no llevaba ni siquiera un mes en el cargo –fue nombrado oficialmente técnico del conjunto griego el 11 de febrero de 2024– cuando le tocó afrontar su segunda eliminatoria continental tras dejar en la cuneta al Ferencvaros en dieciseisavos. Y lo cierto es que las cosas no le pudieron ir peor en el choque de ida, resuelto con una goleada (1-4) en favor del Maccabi de Tel Aviv.
En la vuelta, celebrada en TSC Arena de Serbia, sin apenas público en las gradas, los de Mendilibar forzaron la prórroga tras acabar los 90 minutos con 1-4 y en la primera parte de la misma dejaron su clasificación vista para sentencia al anotar dos goles para un marcador final de 1-6.
No hay más ejemplos de remontadas de tres goles de equipos que disputaron la vuelta a domicilio, aunque sí hay varios ejemplos, algunos de ellos muy sonados, de eliminatorias volteadas ejerciendo como locales. Dos de ellas la sufrió Ernesto Valverde durante su etapa en el Barcelona, al caer frente a la Roma en cuartos de final de la Champions (4-1 en el Camp Nou y 3-0 en el Olímpico) y en semifinales del mismo torneo ante el Liverpool (3-0 en Barcelona y 4-0 en Anfield). Ambas, además, en años consecutivos, 2018 y 2019.
El ejemplo de Iraola
De lo que no cabe duda es de que el Athletic necesitará marcar al menos tres goles para, como mínimo, forzar la prórroga. Eso, claro, si el Manchester United no consigue batir a Julen Agirrezabala. En la búsqueda de lo que parece un milagro, el conjunto rojiblanco puede tomar como ejemplo los seis encuentros en los que los ingleses han recibido tres o más goles esta campaña jugando ante su público. Liverpool y Tottenham, aún con Erik ten Hag en el banquillo ganaron por 0-3 en Old Trafford en septiembre y ya con Rúben Amorim en el banquillo, Andoni Iraola y su Bournemouth asaltaron el teatro de los sueños el pasado mes de diciembre con otro 0-3. Nottingham Forest (2-3), Brighton (1-3) y más recientemente el Olympique de Lyon (5-4) en la vuelta de cuartos de la Europa League, también lograron más de tres goles.