La remontada en El Sadar (1-2) puso el broche de oro a uno de los mejores años de la historia del Athletic. El conjunto de Ernesto Valverde finalizó 2024 asentado en posiciones Champions y coliderando junto a la Lazio la clasificación de una Europa League cuya final se jugará en San Mamés. En ese todavía lejanos pero continuamente mencionado 21 de mayo. Pero, sobre todo, los leones finalizaron 2024 como los resplandecientes campeones de Copa. Porque si las emociones pudieran tatuarse en el alma, la tinta reflejaría la sangre fría con la que Alex Berenguer lanzó el penalti decisivo en La Cartuja en esa indeleble madrugada del 7 de abril. Plasmaría el júbilo con el que la afición rojiblanca colonizó Sevilla con 40.000 representantes o la inexplicable sensación de ver pasear a la gabarra por la ría de Bilbao. Con toda Bizkaia colapsando sus márgenes, los balcones, las azoteas y hasta los montes de alrededor. Porque 2024 fue el año del Athletic. El año en el que muchísimos de sus seguidores supieron por fin lo que es ganar. El año en el que dos generaciones de socios cumplieron su sueño de ver, por fin, a su equipo campeón. En 2024, la masa rojiblanca dejó de vivir en el mundo onírico y sintió debajo de la piel, donde todo late más fuerte, que a veces las utopías pueden hacerse realidad. Por eso, los grandes protagonistas de los DEIA Kirol Sariak serán el Athletic y sus jugadores.

Porque la culpable de todo ello no fue otra que esa manada de leones empeñada en reverdecer aquellos viejos laureles del pasado glorioso del Athletic. Lo hicieron a lo bajini. Liderados por un capitán que sabía que iba a ser su último baile. Que la final de La Cartuja era su velada mágica, su última oportunidad de hacerse aún más mítico. Algo más que una leyenda. Alguien eterno en la historia rojiblanca. Fue Iker Muniain quien más creyó en el equipo. Él, quien había vivido cuatro finales y las cuatro las había palmado, y por eso tuvo que ser él quien levantara la 25. Quien sucediera al gran Dani como el último capitán en alzar la Copa al cielo y se bebiera todo su contenido con la sed de 40 años de inanición. Así, primero llegaron las lágrimas de campeón y después las lágrimas de despedida. Un adiós en el que casi llena un San Mamés que tuvo que hacerse fuerte para dejar marchar a otro de sus grandes: Raúl García. Rulo. Un peleas dentro y todo un señor fuera.

La gabarra del Athletic volvió a surcar la ría 40 interminables años después Efe

Pero lo bueno de Lezama es que es inagotable. Y, por eso, cuando unos se van, otros comienzan a fulgurar. Así, con permiso de Ernesto Valverde y todo su grupo, 2024 fue el año de Nico Williams y Unai Simón. Cierto es que Dani Vivian también fue importante en la Eurocopa que estos tres leones conquistaron el pasado verano con la selección estatal absoluta –y eso que en principio parecía abocado a ser uno de los tres descartes que debía hacer Luis de la Fuente–; pero el central gasteiztarra acabó a la sombra de sus dos compañeros. Porque Nico y Simón brillaron como nunca. De hecho, el menor de los Williams primero se convirtió en el primer jugador del Athletic nominado para el Balón de Oro y después acabó como el 15 mejor futbolista del mundo. Casi nada. Su buena temporada con el Athletic y su espectacular Eurocopa le colocaron en las agendas de los clubes más importantes del planeta, siendo especialmente pesado un Barcelona amante de las telenovelas. Pero Nico se mantuvo en Lezama, donde se espera que esté hasta, mínimo, junio de 2027.

Nico Williams es el 15 mejor jugador del mundo. EUROPA PRESS

Más seguro ha estado siempre el futuro de Unai Simón, que no deja de repetir que quiere ser One Club Man. Que quiere convertirse en “el mejor portero del mundo” en el Athletic. A punto estuvo de conseguirlo el año pasado, cuando también fue nominado en la gala del Balón de Oro dentro del marco del Premio Yashin, ese que galardona al mejor guardameta de la temporada. El arquero gasteiztarra fue el segundo más votado, tan solo por detrás del argentino del Aston Vila, Dibu Martínez. Con todo, las credenciales de Simón para convertirse en el mejor portero fueron más allá de la Eurocopa conseguida con España y la Copa lograda con el Athletic –aunque en esta competición los laureles fueron para Julen Agirrezabala– y es que el guardameta rojiblanco logró ser, además, el Zamora como el menos goleado de la temporada 2023-24: 33 tantos en 36 partidos. Así, el gasteiztarra recogió el testigo de José Ángel Iribar, que era hasta entonces el último portero del Athletic en conquistar tal galardón, en la 69-70.

Unai Simón celebra con sus compañeros el Trofeo Zamora que logró la pasada temporada. Efe

Lista de premiados

  • Deia Kirol Saria Athletic Club
  • Mejor deportista Unai Simón
  • Mejor deportista Gracia Alonso de Armiño
  • Trofeo Alse Unai Simón
  • Último pase Nico Williams
  • Mejor jugadora Athletic Maddi Torre
  • Vizcaina internacional Naia Laso
  • Vizcaino internacional Joseba Iraola
  • Mejor Pelotari Jokin Altuna
  • Premio Fernando Castro Danel Elezkano
  • Mejor trainera Urdaibai
  • MVP Basket Bilbao Basket
  • Trayectoria masculina Iñaki Osa Goikoetxea y Gorka Izagirre
  • Trayectoria femenina Garazi Murua y Yulema Corres
  • Labor Social Fundación Euskadi
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Los DEIA Kirol Sariak reconocen a los deportistas más destacados de 2024

Máxima ilusión

Con estos precedentes, no es de extrañar que la ambición se haya apoderado de la afición rojiblanca, que espera un año tan bueno o mejor que el anterior. Porque el Athletic, cuarto en LaLiga y colíder en la Europa League, se ha ganado el derecho a fantasear a lo grande. ¿No convirtió el 2024 los sueños en realidad? El aliciente de que la final continental sea en San Mamés está calando en el botxo, aunque en el vestuario todavía no quieran hablarlo; y levantar el título de Copa ya no parece tan disparatado como hace un año. Pero Txingurri sigue a lo suyo, cordura y calma, que lo primero es ganar el siguiente partido: el sábado (21.00 horas), ante la UD Logroñés, comienza su 2025.