Borja Sainz ha vuelto a marcar este sábado en las filas del Norwich City. El extremo de Leioa, que a sus 23 años se ha convertido en una de las sensaciones de la Championship, la Segunda División inglesa, es el pichichi de la competición con 15 goles en 18 partidos, además de haber firmado dos asistencias. No solo los ojeadores del Athletic siguen de cerca a este futbolista que pasó por Lezama en las categorías inferiores. Su acierto ante la portería rival ha activado el radar de otros clubes, ya que la temporada que está firmando el vizcaino es sobresaliente.

Después de anotar el pasado martes, ante el Plymouth, su segundo hat-trick del curso, Sainz ha vuelto a ver puerta hoy. El ‘7’ del Norwich, noveno en la clasificación, ha cerrado la victoria ante el Luton (4-2). Pese a no ser un delantero centro puro (juega por la banda izquierda a pierna cambiada), parece que el leioztarra está de dulce. Además de los 15 tantos que acumula en la Championship, marcó otro más en los dos partidos de la Copa de la Liga que ha disputado. Por lo que sus números totales son de 16 dianas en 20 encuentros.

Paso por Lezama

Con contrato en vigor hasta 2026, en Lezama conocen bien a Borja Sainz, ya que permaneció hasta los 16 años en las categorías inferiores del Athletic. Mikel González, actual director general de fútbol del club bilbaino y entonces director del fútbol base del Alavés, intervino para atraer al vizcaino al club babazorro. La irrupción fue considerable. Debutó en el primer equipo a los 17 años. Era el primer jugador nacido en el siglo XXI que vestía la camiseta albiazul en la máxima categoría. Pero después de solo 44 partidos con el primer equipo, con dos goles y dos asistencias, la entidad alavesa decidió cederle al Zaragoza, donde participó en 35 encuentros con tres tantos y una asistencia. La experiencia no convenció en los despachos del Alavés, que se desprendió del futbolista, internacional con la sub’19 de España, donde amasó tres tantos en cinco partidos.

En su voluntad de explorar el fútbol más allá de las fronteras de España, Borja puso rumbo a Turquía, al Giresunspor, un club con solo seis temporadas en la máxima división en su historia que ahora milita en la tercera categoría. Pero Borja coincidió en uno de esos momentos cumbre del club. Allí se forjó una leyenda de matagigantes, porque la mayoría de los diez goles que transformó –junto a cuatro asistencias– en sus 34 duelos llegaron ante los equipos más poderosos del país. La fama comenzó a precederle.

El Norwich llamó a su puerta hace dos veranos. Borja Sainz hizo las maletas de nuevo. El aterrizaje fue una desgracia. Una lesión de ligamento en el tobillo le mantuvo apartado durante los doce primeros partidos. Incluso fue descendido al equipo filial. Pero la magia apareció en su debut, cuando a los diez minutos de saltar al terreno de juego desde el banquillo anotó su primer gol. De nuevo, en la montaña rusa que ha sido su carrera, llegó otro contratiempo. Recayó de la lesión y tuvo que volver a esperar hasta que en diciembre de 2023 se convirtió en habitual de la alineación titular. Desde entonces el viaje hacia la idolatración ha sido fulgurante. Cerró el curso pasado con ocho goles y dos asistencias en 41 partidos.