El Athletic está obligado a reaccionar. Y cuanto antes, mejor. La mala imagen mostrada en sus dos primeros encuentros del curso, frente a Getafe y Barcelona, en los que al menos consiguió rescatar un punto, requiere un cambio de rumbo con el que aproximarse a las sensaciones exhibidas durante gran parte de la pasada temporada, lo que sin duda acercaría al conjunto rojiblanco a su primer triunfo liguero ante un Valencia que llega como colista a San Mamés y con un rosco en su casillero. Las dudas han golpeado a la tropa de Ernesto Valverde, con varios de sus futbolistas alejados de su mejor condición física, una circunstancia que podría entrar dentro de la normalidad por aquello de que la liga no ha hecho más que empezar, pero que ha derivado en muchos desajustes, una falta alarmante de contundencia en defensa y una notable ausencia de ideas en ataque.
Se entiende que con cada entrenamiento, con el paso de los días, el equipo irá adquiriendo un mejor tono físico y recuperará los automatismos perdidos por las vacaciones y el consiguiente parón competitivo, y la cita de esta tarde frente a un necesitado Valencia parece propicia para que se demuestre esa mejoría que se espera como agua de mayo. El Athletic volverá a competir al calor de su público, ante el que no ha sufrido una derrota en los últimos doce meses, concretamente desde el primer encuentro de la pasada temporada, cuando el Real Madrid se llevó los tres puntos de San Mamés, y lo hará solo cuatro días después de haberse enfrentado al Barcelona y con el Atlético de Madrid, su rival de este sábado, aguardando con el cuchillo entre los dientes.
Un calendario cada vez más saturado, al que le agregan más y más partidos que parecen llover del cielo, es la explicación de que a estas alturas del verano haya que afrontar tres encuentros en solo ocho días. No parece muy lógico, pero como no queda otra, esta circunstancia obligará al técnico del Athletic a rotar y tirar de fondo de armario, algo que será habitual en una campaña con hasta cuatro competiciones.
En principio, Julen Agirrezabala estará de vuelta en la portería, mientras que Iñigo Lekue podría ocupar el lateral izquierdo debido a que Yuri Berchiche sufre un esguince en el hombro derecho que le ha dejado fuera de la convocatoria y que le hace ser duda para medirse al Atlético. Una circunstancia que podría deparar la primera titularidad del curso de Óscar de Marcos, al que una pubalgia le ha frenado en el arranque, toda vez que las actuaciones de Andoni Gorosabel y Lekue en el lateral derecho no han sido para nada convincentes. Con Paredes fuera, Vivian y Yeray repetirán en el eje de la zaga.
El centro del campo exige también aires renovados después de que la dupla formada por Beñat Prados y Mikel Vesga no haya terminado de cuajar. El primero podría mantenerse en el once y estar acompañado probablemente por Ander Herrera, sin descartar que su pareja de baile sea Mikel Jauregizar.
Sancet podría mantenerse en la media punta y las bandas volverían a estar ocupadas por Alex Berenguer e Iñaki Williams, toda vez que parece prematuro pensar que Álvaro Djaló figurará en el once en su primera convocatoria. La vuelta de Gorka Guruzeta parece fija. Todo ello, condicionado por las molestias de Nico Williams, que le impidieron entrenar con normalidad el lunes, pero que sí figura en una convocatoria en la que se estrena Nico Serrano.