"¡Nico, Nico!; ¡Nico Nico!”. Quedaban todavía 25 minutos para que San Mamés y el Athletic diesen el pistoletazo de salida al curso futbolístico 2024-25 y cuando los jugadores que este jueves se quedaron fuera del once titular diseñado por Ernesto Valverde se encaminaron hacia el fondo que ocupa Iñigo Cabacas Herri Harmaila para llevar a cabo sus ejercicios de calentamiento el público que iba llenando ya las gradas de La Catedral empezó a corear con pasión el nombre del pequeño de los Williams, el jugador que ha acaparado portadas, horas de tertulia y conversaciones por el cansino acoso y derribo llevado a cabo por el Barcelona para intentar hacerse con sus servicios.

Quedaba claro que la afición tenía ganas de ver en acción al atacante rojiblanco, inédito durante la pretemporada tras su prodigiosa actuación en la Eurocopa. La ovación ganó notablemente en decibelios y efusividad cuando el técnico rojiblanco le mandó calentar junto a Unai Gómez y Ander Herrera nada más arrancar el segundo tiempo, con el jugador dedicando también aplausos a la grada, y se convirtió en atronadora, con el público puesto en pie, cuando ingresó en el césped en el minuto 72, estrenando el dorsal 10 heredado de Iker Muniain, en sustitución de Alex Berenguer.

PROTAGONISTA

El joven atacante entró en juego en pleno estado de necesidad para los anfitriones, pues poco antes el Getafe había igualado un partido que el Athletic parecía tener bien controlado. Ubicado de inmediato en el flanco izquierdo del ataque rojiblanco, Nico pidió el balón constantemente y solo necesitó cinco minutos para acaparar focos y protagonismo. En una acción marca de la casa, aceptó gustoso el uno contra uno al que le retó su par, recortó hacia adentro y su derechazo desde fuera del área obligó a una notable intervención por parte de David Soria para enviar el balón a córner y evitar el 2-1. Minutos después, un saque de falta suyo también obligó al guardameta azulón a enviar el esférico a saque de esquina para evitar males mayores.

En los escasos treinta minutos que permaneció en acción, a Nico Williams no se le notó la falta de rodaje después de que su trabajo de pretemporada arrancara muy tarde, el martes pasado, tras disputar la Eurocopa. Buena parte de las acciones que sirvieron para inquietar la meta rival durante ese tramo final por parte de un Athletic demasiado espeso durante la mayor parte de la contienda le tuvieron a él como protagonista y catalizador. Completó una conexión de bella factura con Yuri Berchiche que no fue a más y en el minuto 87 lideró una de las últimas andanadas de los de Valverde tras dejar clavado a Iglesias con una preciosa finta.

MUCHAS GANAS

No hubo tiempo para más. Hasta el pitido final reclamó con insistencia a sus compañeros que le hicieran llegar el balón a su zona izquierda, incluso con algún gesto de desesperación, pero no fue capaz de cambiar el resultado final de un encuentro bronco como cabía esperar atendiendo al modus operandi que acostumbra a poner en práctica el rival. Quedó claro que San Mamés tenía muchas ganas de volver a disfrutar de Nico Williams después de un verano fatigoso hasta la saciedad con tanta rumorología. Y también que el propio Nico Williams tenía ganas de dejar atrás todo lo extradeportivo y volver a sentirse importante en el ecosistema en el que más a gusto se desenvuelve: sobre el césped de San Mamés. Ante esa afición que durante toda la tarde le volvió a demostrar su cariño y reconocimiento.

Al retirarse a vestuarios junto a sus compañeros con el regusto amargo del empate, volvió a escuchar coreado su nombre. Y es que pese al resultado final, lo de San Mamés y Nico Williams fue un celebrado reencuentro.