El Aston Villa consiguió imponer su ley en un partido muy competido, donde el Athletic se vio abocado a desplegar un enorme esfuerzo y dio la talla. Por dos veces cobró ventaja el conjunto dirigido por Unai Emery, con lo que ello significa en términos de exigencia. Los remates de Yeray y Guruzeta reflejaron el inconformismo de un colectivo que tuvo que emplearse a fondo y cuando la posibilidad de las tablas planeaba sobre el Poundland Stadium, con el cronómetro ya muy avanzado, llegó la puntilla para los rojiblancos. Un pequeño disgusto que no empaña el comportamiento general y que conviene relativizar.
Si tanto se habla del desmedido poderío de los clubes de la Premier no es por capricho. El adversario de anoche, cuarto en su liga, corroboró que la fama que gasta el campeonato inglés está justificada. Incluso con ausencias notables en sus filas, el Aston Villa dejó sentado que es un proyecto ambicioso. No se amilanó sin embargo el Athletic, asimismo con bajas relevantes: plantó cara y se manejó con entereza, simplemente no le alcanzó para tutear a su oponente hasta la conclusión. Cerca estuvo, pero si se repasa el balance del partido, la victoria local se ha de asumir con normalidad. Era un ensayo con un elevado índice de dificultad y la imagen transmitida estuvo a la altura.
Que no sería fácil prolongar el dulce regusto del triunfo sobre Osasuna era cosa sabida. La entidad del adversario auguraba una misión ardua y, por si ello no bastase, el arranque del partido resultó muy ingrato: Ramsey se plantó solo ante Padilla al que superó con eficacia. En apenas unos segundos el Aston Villa dejó sus credenciales explotando la extrema velocidad que le gusta imprimir a sus ataques. Tres toques a la primera y a la cazuela. Hubo dos o tres acciones similares, una anulada por un dudoso fuera de juego. El Athletic estaba advertido y aunque le costó ajustarse, no tardó en coger la onda y exponer sus argumentos.
No cabía esperar excesivos cambios en el once de salida. Fueron dos nada más, uno por la indisponibilidad del capitán De Marcos, que dejó su lugar a Gorosabel; la otra novedad fue Vesga, con escasa presencia en los amistosos a causa de una lesión, por Herrera. Pudo sorprender que Guruzeta partiese del banquillo, pero Valverde quiso repetir la fórmula que incluye a Djaló, en fase de adaptación al equipo. Emery, que cuenta con una plantilla muy amplia, prefirió mezclar fijos con meritorios al estar dispensados los internacionales Emiliano Martínez, Konsa y Watkins.
El primer remate corrió a cargo de Berenguer y para el cuarto de hora, Sancet ya probó con dos remates francos, uno alto y el otro repelido por Gauci. El amistoso no iba a ser un paseo para ninguno. Lo confirmó Yeray, autor del empate, al resolver con temple una jugada embarullada con diversos toques en el área que finalmente aclaró Paredes con un cabezazo que cayó a pies de su colega en la defensa.
En adelante no se registraron más situaciones peligrosas, el cuadro local había tomado nota y los rojiblancos se desenvolvían con cierta prestancia. Ese equilibrio era una noticia positiva, la prueba de que los de Valverde, aparte de no dejarse intimidar, querían más. Vesga fue participando más, bien secundado por Prados y contando con la baza de la movilidad de los puntas para obligar a los ingleses a recular. Esto permitía al Athletic ejercer la habitual presión en terreno ajeno y obstaculizar la mayoría de las posesiones de un Aston Villa, aleccionado para salir tocando, que fue perdiendo la chispa inicial con Tielemans y el capitán McGinn atados en corto.
Con Guruzeta por Djaló como única variante, abrió el Athletic el segundo acto. Se apreciaba idéntica tensión en ambos bandos, lo cual impidió visitar las áreas hasta que una veloz combinación trajo el remate a placer de Philogene, en posición dudosa a criterio de la zaga. De inmediato, Emery retiró a la totalidad de los titulares. De nuevo, tocaba reaccionar, pero el refrescado Aston Villa se mostraba más dinámico. Hasta que Iñaki Williams puso un centro a media altura y Guruzeta, según venía, empalmó cruzado a la red.
Aprovechó entonces Valverde para poner en liza a Herrera, Unai y Martón. Se trataba de controlar la contienda y la buena impresión duró un rato nada más: tres contras vertiginosas liquidaron el encuentro. Padilla, con gran mérito, abortó la primera y la segunda fue anulada por el linier, pero la tercera, con Lekue y Adama de centrales, este tras la lesión de Duñabeitia, que solo aguantó dos minutos en el césped, significó el tercer gol de un Aston Villa que cuando halla resquicios para acelerar hace daño.
Aston Villa: Gauci (Zych, m.46); Cash (Nedelkovic, m.46), Bogarde, Pau Torres (Swinkels, m.62); Bailey (Archer, m.62), Onana (Dendoncker, m.62), Tielemans (Buendía, m.62), Digne (Maatsen, m.62); McGinn (Barkley, m.62), Rogers (Iling Jr, m.62) y Ramsey (Philogene, m.46).
Athletic: Padilla; Gorosabel (Rincón, m.85), Yeray (Duñabeitia, m.85; Olabarrieta, m.87), Paredes (Lekue, m.80), Yuri (Adama, m.80); Prados (Herrera, m.72), Vesga (Unai Gómez, m.72); Iñaki Williams (Martón, m.72), Sancet (Jauregizar, m.80), Berenguer (Canales, m.80); y Djaló (Guruzeta, m.46).
Goles: 1-0: Min. 4; Ramsey. 1-1: Min. 26; Yeray. 2-1: Min.60; Jaden Philogene. 2-2: Min. 71; Guruzeta. 3-2: Min.89; Archer.
Árbitro: Robert Jones. No mostró ninguna tarjeta.
Incidencias: Partido amistoso de pretemporada, disputado en el Bescot Stadium de la localidad inglesa de Walsall, muy cercana a Birmingham.