Iker Muniain ha cambiado esta noche el sabor de las lágrimas. Después de tanto llanto amargo por ver cómo se escapa la gloria de las manos en el choque decisivo, al fin le tocaba al capitán llorar de felicidad. "Esto es algo que uno visualiza y sueña durante tanto tiempo... Tantas finales perdidas, en mi caso... Nos quitamos una losa muy grande", decía en los micrófonos de ETB.

El jugador navarro se acordaba primero de sus compañeros. "Hay que felicitar al equipo, que ha hecho un trabajo tremendo, no solo este año, sino desde hace muchos años", señalaba, para subrayar con orgullo: "El Athletic es campeón y lo hemos vuelto a demostrar". Y especialmente de los que junto a él disputaron las finales perdidas con anterioridad. "Con muchos de ellos hemos vivido el lado amargo del fútbol, la derrota, la desilusión de la gente. Hoy conocemos el lado bueno".

Como no podía ser menos, Muniain hizo mención especial "a toda la familia athleticzale, a los que han venido, a los que se han quedado en casa, a quienes lo están celebrando por todo el mundo".

Al ser preguntado por que suponía para él que sus hijos pudieran ver a su aita proclamándose campeón, Muniain se derrumbó por la emoción y, de forma entrecortada por el llanto, confesó: "El poder celebrar esto con mis hijos es lo más grande que ahí, ellos son mi fuerza".