Javier Aguirre (México, 1-XII-1958), a los mandos del Mallorca desde marzo de 2022, es conocido por muchos actores en el mundo del fútbol dada su dilatada trayectoria profesional, pero no todos pueden presumir de haber trabajado con él en el día a día. Uno de los que lo hicieron, hace ya más de dos décadas, es un viejo conocido de la parroquia rojiblanca como José Ángel Ziganda (Larraintzar, 1-X-1966). El técnico navarro, destituido el pasado octubre como entrenador del Huesca en la Liga Hypermotion, vivió su primera experiencia en los banquillos en la temporada 2002-03 como ayudante del técnico mexicano en el primer equipo de Osasuna. Fue también el primer trabajo de Aguirre en la liga española tras su paso por el Atlante (1996), el Pachuca (1998-2001) y la selección de México (2001-02), país en el que había desarrollado su todavía corta carrera como entrenador hasta su llegada a Iruñea.

Ziganda, que había colgado las botas en Osasuna en 2001 tras sumar 291 partidos y 91 goles como jugador del Athletic entre 1991 y 1998, se sumó aquel lejano 2002 al cuerpo técnico de Aguirre, con quien asegura 22 años después a DEIA que vivió una “gran experiencia”. “Yo había dejado el fútbol recientemente, Aguirre llegó a Osasuna, había un segundo entrenador y él necesitaba un ayudante que le pudiera echar una mano más con el equipo. Surgió la posibilidad y coincidimos en el tiempo”, recuerda Kuko, quien se congratula por haber tenido aquella oportunidad de “convivir con un entrenador con su experiencia, su personalidad y con una forma tan característica de dirigir a un equipo”.

“La manera de llevar al grupo fue diferente a todo lo que había vivido yo hasta entonces”, confiesa no en vano Ziganda, quien destaca que Aguirre “es un gran comunicador capaz de mantener al grupo unido, con una motivación muy alta y con un gran compromiso general teniendo a todos futbolistas involucrados al saber dar a cada jugador la receta que necesita apretando también cuando hay que apretar. Tiene, además, un discurso muy preparado y muy formado”. Al frente de seis equipos de la liga en sus 28 años en los banquillos, el mexicano encara la final de Copa contra el Athletic con un amplio abanico de experiencias a sus espaldas. “Recuerdo de él que las charlas previas a los partidos también eran muy inspiradoras y muy motivadoras. Servían para enchufar a todos los jugadores”, rememora Ziganda a escasos días de la charla con la que Aguirre tratará esta vez de impulsar a sus futbolistas en La Cartuja.

En el plano personal, el veterano técnico mexicano, que a sus 65 años supera los 800 partidos como entrenador, es una persona “muy preparada, cercana y de muy buena relación. No solo vive del fútbol, le gustan también otro tipo de cosas como leer o estar informado y en el trato es muy ameno. No solo es interesante como entrenador, sino también como persona”, sentencia Kuko, quien tiene la particularidad de haber sido el encargado de relevar en el cargo al propio Aguirre en Osasuna en 2006 y a Ernesto Valverde en el Athletic en 2017, los dos técnicos que se verán las caras el sábado en La Cartuja. “Así es, lo que son las cosas. Se parecen en que son personas y entrenadores muy formados y que consiguen resultados para sus equipos, aunque con personalidades muy distintas”, expone el de Larraintzar.

LA FINAL

En cuanto al Mallorca que ha diseñado Aguirre, con el 1-5-4-1 como sistema predilecto y la fortaleza defensiva como principal seña de identidad, Ziganda apunta que “en la liga les costó arrancar al encontrarse con dificultades para sacar los partidos, pero la Copa les ha dado un impulso de confianza e ilusión que les ha servido también para la liga. Es un equipo serio, compacto y al que cuesta mucho ganarle”.

“El Athletic, a priori, es favorito en esta final por cómo está llevando la temporada, que está siendo espectacular, pero a un partido las distancias se reducen. La Real, por ejemplo, fue mejor en el cómputo general en su semifinal, pero el Mallorca fue capaz de agarrarse a la eliminatoria y llevársela en los penaltis. Es un rival que va a competir seguro el partido, que será muy igualado y áspero”, reflexiona asimismo el técnico navarro, quien pone el foco en que “marcar primero puede tener mucha trascendencia en la final, pero el equipo que consiga jugar a su ritmo e imponer su estilo será el que más cerca esté de llevarse la victoria”.