ATHLETIC: Simón; De Marcos, Vivian, Yeray, Lekue; Prados (Min. 69, Dani García), Galarreta (Min. 81, Vesga); Iñaki Williams, Unai Gómez (Min. 69, Muniain), Nico Williams (Min. 77, Berenguer); y Guruzeta (Min. 77, Raúl García).

ALAVÉS: Sivera; Gorosabel (Min. 77, Tenaglia), Rafa Marín, Abqar, Javi López; Guevara (Min. 69, Benavidez), Blanco, Guridi (Min. 58, Hagi); Vicente, Rioja (Min. 58, Kike García); y Samu Omorodion (Min. 69, Giuliano Simeone).

Goles: 1-0: Min.32; Guruzeta. 2-0: Min. 37; Guruzeta.

Árbitro: Muñiz Ruiz (Comité Gallego). Mostró tarjeta amarilla a los locales Nico Williams y Raúl García, y a los visitantes Benvidez, Abqar y Blanco.

Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo novena jornada de LaLiga EA Sports disputado en San Mamés ante 48.257 espectadores. Los jugadores de ambos equipos vistieron camisetas conmemorativas de la campaña LALIGA VS RACISM y posaron de forma conjunta junto a una panel con el lema de la campaña. Después, sostuvieron una pancarta en apoyo a la Korrika.

Sin novedades en el derbi con el Alavés. Aparte de que el desenlace fue clavado al de los dos anteriormente celebrados en la vigente temporada, la superioridad del Athletic volvió a manifestarse de modo evidente. Hoy por hoy, son equipos que circulan a velocidades diferentes. Las buenas intenciones del más débil no bastaron para sacar del carril del éxito a un grupo que ni siquiera necesita rendir a gran nivel para salirse con la suya. En el cómputo global, la cita no tuvo color. Sin embargo, se ha de reconocer que los babazorros generaron problemas de salida y opositaron seriamente a cobrar ventaja. Pero desperdiciaron sus ocasiones, el Athletic despertó y machacó. Así de simple.

En un visto y no visto, estableció un margen cómodo y el resto de la noche estuvo de sobra, en cuanto a que en ningún momento peligró la victoria de los hombres de Valverde. El Athletic durmió en plaza de Champions y aguarda a lo que haga el Atlético de Madrid ante el Barcelona. Era lo que se preveía, que el Alavés se fuese de vacío de un San Mamés que alberga poderosas razones para confiar. Está demostrado que para cualquier rival constituye un martirio soportar la constancia y la verticalidad de que hacen gala los rojiblancos. Estarán más o menos finos en el manejo de la pelota, pero siempre llega un instante en que su ritmo se dispara y a partir de ahí perseveran, son muy pesados, roban rápido, se proyectan con decisión y no están faltos de puntería.

16

Las notas de Aitor Martínez: Unai Simón luce galones Aitor Martínez

Guruzeta acapara los honores

Anoche, tardó en saltar la chispa, no logró el Athletic desenvolverse con comodidad de entrada, pero una vez que se soltó, el derbi quedó visto para sentencia. Guruzeta acaparó los honores añadiendo dos muescas más a su estadística goleadora. El delantero rentabilizó una forma de percutir que atosiga, intimida, asusta. Y detrás no hay más secreto que la implicación de todo el bloque, que demuestra tener la autoestima por las nubes.

Pero hay que detenerse en la clave del partido. En fútbol, todo cuenta. No sin razón se suele conceder valor al detalle, a cualquiera de las múltiples circunstancias que van tejiendo el guion del juego e influyen en el quehacer de los equipos. Hombre, por su transcendencia, pues se trata de una oportunidad ideal para marcar, el penalti trascendería la categoría de detalle. Anoche, un lanzamiento desde los once metros transformó por completo el panorama y lo hizo de la manera más inesperada. Debería haber servido para recompensar la puesta en escena del Alavés y se convirtió en su tumba.

Luis Rioja realizó un mal lanzamiento, dando opción a que Simón impidiese el gol. En la siguiente acción, el Athletic tomó la delantera y, hasta la conclusión el derbi fue un paseo para los hombres de Valverde. Todas las pegas que previamente encontraron para rentabilizar la iniciativa se esfumaron como por arte de magia cuando Guruzeta se anticipó a Marín y aprovechó el centro raso que desde la línea de fondo trazó Nico Williams.

Acto seguido, el segundo

El tremendo vuelco que experimentó el encuentro no quedó ahí. En cuestión de cinco minutos, el Athletic generó otro par de ocasiones para anotarse una goleada. En la primera, un grave error de Abqar permitió a Iñaki Williams montar una contra y, tras combinar con Guruzeta, poner en serios apuros a Sivera. Sin tiempo para lamentarse, con los mismos protagonistas, el anfitrión duplicó su ventaja. Un largo envío de Yeray a la espalda de la zaga lo bajó el extremo, la pelota se le quedó atrás y con los rivales descolocados y el portero a media salida, apareció el ariete para dirigir con suavidad a la red.

El Alavés no levantó cabeza hasta el descanso, impactado por la formidable y repentina pegada de un rival al que había sabido neutralizar desde el mismo comienzo. Porque la realidad es que el planteamiento de García Plaza se reveló acertado, sus líneas funcionaron coordinadas para impedir que el Athletic acelerase como le gusta. No, no fue casual que se moviese sin la fluidez y la agilidad que le caracterizan en casa. Tampoco que pese a ejercer el mando no crease una sola llegada nítida al área babazorra o que quien sufriese fuese Simón, quien detuvo con las piernas un cabezazo a placer de Guridi.

22

¿Has estado en San Mamés viendo el Athletic-Alavés? Búscate en nuestra galería Oskar González | Pankra Nieto

Con el paso de los minutos, sin visos de reacción del bando local, el Alavés se atrevió a ganar metros. Fue entonces cuando Nico Williams derribó a Gorosabel y el árbitro, muy próximo, decretó penalti. La típica entrada de delantero en área propia. Malgastó la bala el especialista, Rioja, y se desató la tormenta. Tras el intermedio, introdujo dos cambios ofensivos García Plaza y fue peor para el Alavés, que no halló vías para progresar y tuvo que conformarse con pelear en su terreno a fin de impedir un castigo mayor.

Perfectamente pudo producirse, pues hubo jugadas de sobra para ello. Quizá quien más cerca estuvo fuera Iñaki Williams, pero apuntó al muñeco y a Muniain, el rechace se le fue alto. Un despeje de puños defectuoso de Sivera fue otro de los lances que se cantó como gol en la grada, pero daba igual que no engordase su casillero el Athletic, toda vez que el Alavés nunca estuvo en condiciones de apuntarse un mísero remate. En realidad, si el marcador no creció fue, en buena medida, por el afán de algunos, en especial Nico Williams, de sumarse a la fiesta, pecando de individualismo. Cositas que se perdonan por carecer de incidencia en el signo del partido. 

Valverde fue retirando a varios de los que serán titulares en La Cartuja y regaló minutos entre los menos habituales. El juego se espesó, también se endureció por parte visitante, aunque nada aplacó las ganas de juerga del personal, encantado con las exhibiciones de poder de su equipo.