El Athletic avanza de examen en examen coleccionando aprobados mientras se afana en demostrar que progresa adecuadamente respecto a ejercicios anteriores. Solo tres borrones en forma de derrotas ante Real Madrid, Real Sociedad y Barcelona se le computan a un equipo que ha sacado adelante diez de los diecisiete partidos oficiales que ha disputado desde el comienzo de la temporada y que presenta un satisfactorio balance de cinco victorias y dos empates en los siete compromisos previos a la visita de esta tarde al Granada. El balón echará a rodar a partir de las 16.15 horas en un estadio en el que los de Ernesto Valverde cargarán con el incuestionable cartel de favoritos como consecuencia de la trayectoria descrita por ambos conjuntos en un curso en el que si para el Athletic casi todo son sonrisas, para el Granada casi todo son lágrimas.

El contraste, en sensaciones y resultados, es brutal. Con cambio de entrenador incluido, los andaluces, penúltimos en la tabla, suman un único triunfo en lo que va de temporada sin contar el que cosecharon en la primera ronda de la Copa ante un Tercera RFEF y que no le sirvió de nada al quedar eliminados por alineación indebida. El 26 de agosto contra el Mallorca en Los Cármenes llegó la única alegría para los nazaríes, que enlazan doce jornadas de liga sin vencer desde entonces con un saldo de ocho derrotas y cuatro empates.

Incapaces de mantener su portería a cero en el transcurso de la campaña y con la esperanza de que la pólvora que proyectan en ataque hombres como Bryan Zaragoza, Myrto Uzuni o Lucas Boyé sirva para contrarrestar un alarmante déficit defensivo, los hombres dirigidos desde la pasada semana por el uruguayo Alexander Medina miden fuerzas con un Athletic lanzado desde finales de octubre. Vuelan a día de hoy los rojiblancos espoleados por el gran momento de los Williams y la claridad realizadora de Guruzeta, a quienes se une Sancet. Pocos ataques en la liga, sobrarían dedos de una mano para contarlos, alcanzan actualmente el nivel de precisión que luce el cuarteto ofensivo del Athletic, que impone respeto de saque y transmite una sensación de peligro constante cuando se desatan las hostilidades.

Muestra inequívoca de ello es que los de Valverde figuran como el equipo más goleador en campo propio con 22 tantos en 8 encuentros y suman también una diana más (8) de las encajadas (7) en sus siete salidas ligueras. En la octava tendrán enfrente a un rival que recibe goles con una inusitada facilidad tanto en casa como lejos de sus dominios. En Los Cármenes, que es lo que toca, son 15 tantos en contra los que colecciona el Granada por los 11 marcados en siete partidos, si bien sus empates frente a Betis (1-1) y Barcelona (2-2), amén del firmado contra el Getafe (1-1) obligan a afrontar el envite de hoy sin excesos de confianza que ya costaron puntos a lo largo de la pasada temporada.

Vesga no llega

En el apartado de nombres propios cabe destacar la ausencia por segunda jornada consecutiva de Mikel Vesga. El mediocentro, lesionado siete días atrás durante el calentamiento del choque ante el Rayo Vallecano en San Mamés, no se ha recuperado a tiempo y su lugar en el once volverá a ocuparlo Ander Herrera. Se espera que Valverde, que tampoco puede contar con los lesionados Yeray Álvarez, Dani García ni Adu Ares y que ha citado a los cachorros Mikel Jauregizar y Aingeru Olabarrieta, cambie al completo el once inicial por el que apostó el jueves contra el Cayón en Copa para repetir la alineación diseñada en el último duelo liguero.

El puesto de lateral izquierdo es el único que puede generar alguna duda después de la satisfactoria vuelta a la actividad de Yuri Berchiche. La titularidad del de Zarautz en la Copa y el paso al frente de Iñigo Lekue en las últimas semanas, sin embargo, hacen que el deustuarra parta con más opciones. La anhelada clasificación europea, carrera de fondo, exige no fallar en citas como la de esta tarde y lo cierto es que el camino recorrido por los de Valverde en el presente ejercicio invita al optimismo. Se trata, realmente, de otra prueba de madurez a domicilio.