En la previa del encuentro ante el Almería, Ernesto Valverde adoptó una postura totalmente entendible, a todas luces lógica, cuando dijo aquello de que “es una tontería” pensar que porque a San Mamés llegara el colista, en el entorno se daba por hecha la victoria del Athletic. Qué va a decir el entrenador, más aún alguien tan comedido como él, que no acostumbra a pisar ningún charco, más bien todo lo contrario. Eso sí, estaría bien saber lo que pensaba el Ernesto más forofo, porque quizá habría compartido esa reflexión que en numerosas ocasiones revolotea entre la afición cuando los leones se miden a un rival que sobre el papel es inferior. Y a día de hoy hay un abismo entre el Athletic y el Almería. Así que con esa sensación de que a los bilbainos se les presentaba una enorme oportunidad de sumar los tres puntos y con la grada de animación de vuelta en su máximo esplendor, San Mamés se dio un gustazo a costa del colista, algo que, por otro lado, no es tan habitual.

La tropa de Valverde afrontó el encuentro con varias marchas más que su rival, quizá alertada por aquella derrota frente al anterior colista en visitar La Catedral, un Elche que, ya desahuciado, se llevó los tres puntos de San Mamés en la penúltima jornada y con ello enterró prácticamente todas las opciones europeas de los rojiblancos. Pero este Athletic es otro, distinto al que finalizó la temporada desfondado. Es más sólido, juega con otra alegría y parece que va camino de acabar con aquello que tantos puntos le restó el curso pasado: el gol. Marcó hasta Dani García, una especie de milagro, y Gorka Guruzeta igualó en el pichichi a Iñaki Williams, ambos con cuatro tantos tras nueve jornadas. Y eso que, la sensación generalizada, pese a la prudencia de Valverde, fue la de que a los leones les faltaron más goles en su marcador a tenor de sus numerosas llegadas.

La noche, casi veraniega, salió a pedir de boca. Faltaron dos de los jugadores sobre los que el técnico quiso asentar las bases del equipo desde el comienzo, pues Mikel Vesga e Iñigo Ruiz de Galarreta siguen recuperándose de sus respectivas lesiones, pero, a diferencia de lo sucedido en el derbi, la apuesta por la dupla Dani García-Ander Herrera fue de notable. El primero se permitió el lujo hasta de marcar, lo que le hizo celebrar con mucha rabia el gol; y el segundo, tras una primera temporada para el olvido, asfixiado por las lesiones, enlazó su tercera titularidad y completó el que muy probablemente ha sido su mejor encuentro en su regreso a Bilbao. Al bilbaino solo le faltó el gol, que se le escapó por centímetros al estrellar un remate de cabeza en el larguero.

Ese, el de la falta de puntería en una cita que pudo acabar en goleada de escándalo fue el pequeño borrón de un Athletic que se precipitó en los metros finales y que no pudo tener una noche redonda del todo por la lesión de Yeray Álvarez, que se llevó un buen golpe en la espalda tras un lance con Koné en el que cayó violentamente contra el suelo.

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En imágenes: ¿Has estado en San Mamés viendo el Athletic-Almería? Búscate Pablo Viñas

Habrá que aguardar noticias sobre el estado del central, cuyo lugar lo ocupó Aitor Paredes. Formando casi todo el partido con Dani Vivian en el eje de la zaga, el equipo no notó la ausencia de Yeray y echó la persiana a su portería en San Mamés. Además, tras encajar cinco goles en solo dos encuentros, Unai Simón dejó su portería a cero, un hecho que debe ser casi una obligación actuando como local si el equipo quiere mantenerse en posiciones europeas. Por lo pronto, se despierta cuarto, a la espera del resto de resultados.

La cifra: 41

Son los puntos que ha sacado el Athletic en lo que va de siglo jugando en San Mamés ante equipos que han llegado a Bilbao como colistas. El de ayer ante el Almería fue el vigésimo tercer partido de los rojiblancos frente a un último clasificado, con un balance de 13 victorias, 2 empates y 8 derrotas.