Asier Villalibre no pudo tener un mayor impacto en los poco más de veinte minutos que le concedió Ernesto Valverde ante el Cádiz. Con 0-0 en el marcador, cuando corría el minuto 65, fue llamado a filas el gernikarra para saltar al verde junto con Yeray Álvarez. Su irrupción en el partido, sin embargo, se produjo con 1-0 ya en el luminoso y participó directamente en los otros dos goles del encuentro. Firmó nada más salir el segundo de la tarde con un cabezazo y con otro testarazo habilitó a Iñaki Williams para que este redondeara la goleada.

Gol y asistencia para ganar en confianza en un comienzo de temporada en el que Villalibre solo había tenido minutos en la visita del Betis a San Mamés. En el minuto 75 saltó entonces al verde el delantero, cuya continuidad en la plantilla estuvo en entredicho durante buena parte del verano tras su fructífera cesión al Alavés en el mercado invernal del pasado ejercicio. Cuestionado ayer por la importancia del gol marcado en el plano personal, Villalibre reconoció que “un delantero vive del gol y siempre que marcas tienes una sensación diferente al irte a casa contento y afrontar la siguiente semana de una manera distinta”.

“Lo que uno necesita es tener minutos y jugar. Obviamente, una actuación así hace que tenga más confianza”, recalcó el gernikarra, quien no quiso profundizar en las sensaciones experimentadas durante el verano a las puertas de su visita “especial” al Alavés, dado que “no me gusta mucho hablar del pasado y estoy enfocado en hacerlo lo mejor posible aquí dando competencia a Guruzeta, que está muy bien. Hay que quedarse con eso”.