EL nombre de Charles Dias (Belém, Brasil, 4-IV-1984) estará ligado siempre al nuevo San Mamés, escenario de campanillas en el que el brasileño dejó su impronta en la fecha más señalada posible, la del estreno de un estadio que albergó su primer partido el 16 de septiembre de 2013 con Athletic y Celta de Vigo frente a frente. Como principal referencia ofensiva del conjunto celeste ejerció Charles, quien se convirtió en el minuto 11 en el primer goleador en la nueva y esplendorosa Catedral.

Una década después, recién retirado en las filas del Pontevedra para pasar a formar parte de la secretaría técnica del club gallego, donde es leyenda, el entonces delantero del Celta que dirigía Luis Enrique no ha olvidado cómo firmó aquel tanto que pasaría a la posteridad y que le reservaría un espacio de por vida en la historia de la entidad rojiblanca. “Fue un pase de Rafinha, me encontré delante de Iago Herrerín y si no me equivoco rematé por bajo al lado derecho”. Tal cual. Ser el autor de tan simbólico gol “significa mucho para mí, porque mi hija nació en Bilbao, he vivido tres años allí mientras jugaba en el Eibar y conozco más o menos el sentimiento que la gente tiene por ese gran club”.

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Las imágenes del primer partido en el nuevo San Mamés Oskar M. Bernal

No olvida Charles, no obstante, que “en ese partido también fallé un penalti y fui, por tanto, el primero en fallar uno en el nuevo San Mamés”. Mandó el balón contra la lona que cubría el fondo que permanecía en construcción y se le escapó así el doblete al brasileño, quien admite que nada más saltar al césped desde el túnel de vestuarios “me impresionó el campo y cómo se escuchaba a la afición del Athletic. Cuando aprieta como aquel día del estreno, aprieta de verdad. Fue un partido complicado y lo perdimos en los minutos finales”.

“Mi hija nació en Bilbao, he vivido tres años allí mientras jugaba en el Eibar y conozco el sentimiento de la gente”

No esconde Charles que tanto él como sus compañeros en el Celta “estábamos muy motivados por el significado especial que tenía el encuentro. Como delantero, yo siempre he tenido ganas de marcar en todos los partidos, pero en aquel un poco más”. Lo consiguió y no dudó en donar la camiseta y las botas con las que disputó el choque al museo del Athletic. “Me lo propuso un dirigente del Celta la misma semana del partido y por supuesto que dije que sí. Es otro motivo de orgullo para mí”, apunta Charles, quien pudo conocer de primera mano lo mucho que significa el Athletic para la gente en Bizkaia y, más concretamente, en Bilbao.

VECINO DE ADURIZ

Al hincar el diente a dicha cuestión, el brasileño señala que “empecé a saber y entender cómo era el club de verdad cuando viví allí. Tenía como vecinos a jugadores del Athletic, mis hijos iban al colegio con los hijos de algunos de ellos e hice amistades. No diré que hablamos a menudo, pero el año pasado vino Aduriz a Pontevedra a jugar la Copa con el Mallorca y estuvimos juntos al tener amistad, porque mi hijo fue al colegio con su hija y éramos vecinos”. No solo eso. “Mi hijo jugaba también en el mismo equipo que el de Muniain y cada vez que podía llevaba a mi hijo a San Mamés con entradas que me conseguía el propio Iker o conocidos que tenía en equipos rivales”, desvela Charles, quien confiesa no estar al tanto de que el Athletic, curiosamente, es el rival contra el que más veces ha jugado como profesional.

“En ese partido también fallé un penalti y fui el primero en fallar uno en el nuevo San Mamés”

“No lo sabía, aunque sí tengo el recuerdo de haber jugado mucho contra ellos. Aduriz me dijo alguna vez que vaya por dónde tuve que ser yo el que marcara aquel primer gol en el nuevo San Mamés”, apunta entre risas Charles, quien colgó las botas este verano a los 39 años de edad con 204 goles marcados en los 623 partidos disputados, 208 de ellos en Primera División. “Mi rodilla izquierda no estaba bien y era una decisión que tenía tomada desde hace tiempo”, indica antes de enviar un mensaje a la afición del Athletic: “Que sigan apoyando a su equipo. Sé que siempre me han tenido enfrente como rival, pero como digo pasé tres años fantásticos allí, todos los amigos que dejé son del Athletic y la gente me trató muy bien tanto a mí como a mi familia, así que estamos muy agradecidos y volveremos algún día a San Mamés”.