Para hallar una figura que refleje la realidad que vive Gorka Guruzeta (Donostia, 26 años) viene al pelo esa atracción de feria que se conoce como montaña rusa. El itinerario que ha dibujado a las órdenes de Ernesto Valverde es una sucesión de desniveles pronunciados: lo mismo goza de un protagonismo efímero que se ve abocado a largas ausencias de la alineación titular e incluso de la competición. Pasan los meses desde que regresara a la disciplina rojiblanca finalizada su cesión en el Amorebieta, el equipo ha disputado un total de 27 encuentros oficiales, un margen suficiente para extraer conclusiones y la principal sería que el delantero continúa sin lograr una estabilidad.

La estadística ilustra con precisión el hecho de que Guruzeta desempeña un rol discreto. Pese a que se vea realzado por los cinco goles que registra en su cuenta personal, solo ha jugado de inicio en siete oportunidades (una como extremo izquierda) y casi todas ellas a la vuelta del paréntesis del Mundial. Acumula un total de 20 apariciones que se traducen en 684 minutos, lo que arroja una media de 34 minutos por partido jugado.

Estos números significan que Guruzeta ocupa el tercer puesto en el escalafón de los arietes de la plantilla, donde Iñaki Williams acapara un porcentaje de participación muy elevado gracias a quince actuaciones como hombre más avanzado en el once inicial. Le sigue Raúl García, con cuatro titularidades, pero una mayor presencia saliendo desde el banquillo. Cerraría la relación Asier Villalibre, que fue el elegido para dos partidos y hace unas semanas acordó su salida como cedido al Alavés hasta la conclusión del ejercicio.

En cierta fase de la temporada dio la sensación de que Guruzeta daría un paso adelante e iría adquiriendo un mayor peso específico en los planes del entrenador. Pero dicha impresión se ha desvanecido. De hecho, empieza a quedar bastante lejos ese tramo en que Guruzeta mostró un poder de resolución notable, lo que le valió para compartir con Iñaki Williams el liderato de goleadores con cinco aciertos. A fecha de hoy, ni el uno ni el otro figuran entre los más destacados en el apartado rematador. Se han visto adelantados por Sancet (ocho, todos en liga), Nico Williams (siete, de los que cuatro corresponden a la liga) y Berenguer (media docena repartidos a partes iguales en liga y Copa).

Curiosamente, el período de sequía de Guruzeta e Iñaki Williams es muy similar. Hay que remontarse a las jornadas 14 y 12 respectivamente para encontrar sus últimos goles. Es decir, que uno no marca desde comienzos de noviembre ante el Valladolid y el otro desde finales de octubre contra el Villarreal. A partir de ahí, han sido Sancet y Nico Williams los encargados de sostener viva la llama en ataque con ocho tantos.

En el caso concreto de Guruzeta, la particularidad estriba en que sus cinco goles son producto de dos dobletes, frente a Cádiz y Valladolid, siendo el quinto el firmado ante el Girona justo cuatro días antes de medirse al cuadro de Pucela, precisamente coincidiendo con su primera titularidad del curso. Esta racha le valió para abrirse hueco y repetir en el once con asiduidad, pero se diría que ha ido perdiendo la confianza de Valverde: en los siete partidos más recientes únicamente en uno jugó de inicio, en Balaídos y seguramente porque Iñaki Williams no estaba disponible por culpa de unos problemas físicos.

A Guruzeta le queda el consuelo de que en esta fase reciente no ha perdido contacto con la competición, que fue lo que le ocurrió en otoño. Entonces, a rebufo de su gran tarde en el estadio del Cádiz sucedió lo inesperado y se convirtió en un futbolista residual. Saltó al terreno en la recta final de los dos partidos posteriores y se tiró los seis siguientes con el culo pegado al banquillo. Durante mes y medio no existió, no contó ni con un mísero minuto de juego.

En el corto espacio consumido del 2023, Valverde le ha ubicado escorado a la banda izquierda en varias citas. Previamente, en Copa ante el Sestao, ejerció de extremo de entrada y fue cambiado antes del descanso. Él mismo solicitó el relevo, víctima de una dura entrada.

Así las cosas, a ningún futbolista cabe pedirle un buen rendimiento o que se asiente en el equipo, y hablamos de uno con un recorrido escueto en la categoría. Por las razones que sea, Valverde estima que Guruzeta no representa una alternativa sólida para instalarlo en el área rival. Ha exhibido su facilidad para armar el remate en días sueltos, pero en muchos más no ha disfrutado de margen ni de suministro adecuado para acreditar su puntería.