Con el Almería acaba la fase del calendario valorada como asequible, no solo por el hecho de que jugaba en calidad de anfitrión la mayoría de los partidos. El Athletic quiere poner el broche adecuado a lo realizado en las seis jornadas previas y, en este sentido, habrá que reconocer que se trata de una magnífica oportunidad para seguir alimentando la razonable ilusión que se palpa en el entorno. Un club recién ascendido visita San Mamés espoleado o acuciado, ya se verá, por la necesidad, no en vano acumula tres reveses consecutivos que le sitúan cerca de las posiciones de descenso. Se examinan pues dos tendencias opuestas, circunstancia que en líneas generales el equipo de Ernesto Valverde ha sabido rentabilizar hasta la fecha.

El conjunto que dirige Joan Francesc Ferrer, conocido por el apodo de Rubi, ha acusado la marcha a la Real Sociedad de Sadiq, su hombre-gol en Segunda, pero llama la atención lo poco que ha concedido. Siete goles que contrastan con el saco que lastra al resto de los equipos que habitan la zona baja de la clasificación. Dato que se explicaría por el estilo de fútbol que propone, recordado ayer por Valverde cuando señaló que renuncia a encerrarse e intenta crear juego, tener el balón. Características que le asemejarían al último rival de los rojiblancos, el Rayo de Iraola.

Son apuntes que en principio invitan a esperar un duelo movido, con espacios y alternativas; sobre el papel, adecuado para que el Athletic despliegue sus bazas, en ese afán por mostrarse valiente y peligroso que ha transmitido desde agosto. El objetivo no es otro que plantarse con 16 puntos en vísperas de un tramo de la competición que eleva el grado de exigencia por la frecuencia de los compromisos y la entidad de los adversarios: Sevilla, Atlético, Getafe, Barcelona y Villarreal, todos concentrados en el mes de octubre.

En función del criterio que ha prevalecido, en absoluto extrañaría que el Athletic formase de salida con la misma alineación que recibió al Rayo. Falta por despejar la incógnita que afecta a De Marcos, el único jugador de campo que luce un pleno de minutos y que estaría aquejado de unas molestias leves que le han impedido entrenarse con normalidad. De las palabras del entrenador se deduce que será de la partida. Continúan indispuestos Vivian y Yuri, mientras que tanto Balenziaga como Vesga cuentan con el alta médica y figuran en la lista. Acaso el segundo podría aspirar a recuperar la titularidad que le valió para erigirse en una de las sorpresas más agradables del inicio de campaña. Ocurre sin embargo que su sustituto en las dos últimas citas, Dani García, ha respondido con nota. Con estas premisas, Valverde es quien sabe cuál de los dos ejercerá de medio de cierre ante el equipo andaluz.

Ander Herrera, apto para ser titular

Por lo demás, los internacionales han regresado a Lezama en perfecto estado. Unai Simón y los hermanos Williams tienen el puesto asegurado, al igual que Yeray e Iñigo Martínez en el centro de la defensa, Lekue en el lateral izquierdo, Sancet y Muniain en tareas de interior y Berenguer partiendo del costado donde más cómodo se siente.

Preguntado por la posibilidad de que Herrera, que se estrenó en la segunda mitad de la pasada jornada, acceda al once, Valverde se limitó a comentar que desde el punto de vista físico se halla apto. Es sabido que arrastraba un retraso en la preparación, tal como admitió quince días atrás, por lo que se supone que este par de semanas de trabajo le habrán venido de maravilla para en alguna medida ir equiparándose en ritmo y resistencia al resto. Tampoco quiso el técnico definir la demarcación que tiene en mente para Herrera, apuntó que está capacitado para desempeñar diferentes labores en la zona ancha. Lo previsible es que su participación se produzca después del descanso. Cuando la cosa va bien, no suele haber cambios.