“Me ha llegado todo muy rápido, no esperaba esta progresión”, admite sorprendido Nico Williams, inmerso en la convocatoria de la selección española y en consecuencia presentando opciones de realizar su debut con la absoluta este sábado, en el duelo de la Nations League frente a Suiza (20.45 horas).

El asombro, el último de su breve pero intensa trayectoria profesional a sus 20 años, llegó cuando “empezaron a llegar mensajes de enhorabuena al móvil”. “No entendía por qué. Me metí a Sefutbol –medio oficial de la selección española– por curiosidad y aparecía en la lista”, rememora en unas declaraciones realizadas para la agencia Efe. “No me lo podía creer; empecé a gritar en casa, mi madre vino a abrazarme, a llorar, como mi padre”, confiesa sobre la noticia de la citación de Luis Enrique. Esa celeridad de los acontecimientos no le impide asegurar, pese a ser “un chaval muy impulsivo”, que “lo estoy gestionando bien” gracias, principalmente, al espejo que es su hermano, Iñaki, y al aplomo que imprimen sus padres, quienes “si me subo un poco están para darme un tortazo”.

Cierto es que la historia de los Williams invita a la modestia, a la humildad de unos progenitores que “han sufrido mucho” persiguiendo el sueño de una vida mejor, mintiendo a los descendientes sobre un trayecto hacia Europa a bordo de una patera que se relataba a los hermanos como en avión. “Me mentían, y con el tiempo nos sentaron a mí y a mi hermano para contarnos una historia que nos llegó dentro”, evoca Nico, que pese a que comparte vestuario a nivel de club con su hermano, lo que ha sucedido en 25 ocasiones en el Athletic, ha tomado un camino distinto en el plano de selecciones internacionales.

Mientras Iñaki, que “pensó mucho en eso”, se decantó por jugar con Ghana debido a que “le marcó el viaje que hicimos en verano allí”, donde “ver a toda la gente le hizo dar el gran paso de decantarse” por la selección africana, Nico sostiene que siempre he tenido claro que quería estar aquí; quiero estar con la selección española y ser el mejor, demostrar que valgo para estar aquí”. “Fue una decisión natural, cada uno tomó su camino y tomó su decisión de forma meditada”, explica el menor de los Williams.

“El sufrimiento que pasaron tus padres te hace tener más ambición por ellos y por ti”

Nico admite que la llamada de la selección es una oportunidad de “aprender lo máximo de Luis Enrique y del equipo”, entre quienes destaca a Sergio Busquets. “La imagen con la que me quedé al llegar fue sobre todo la de ver a Busi, de los mejores mediocentros del mundo; verle en persona es chocante. Mis amigos me preguntan cómo es. Ver a personas como él o a Koke, que siempre les has visto por la tele, te impacta”, describe sobre la novedosa y crucial experiencia.

En cuanto a Luis Enrique, Nico confiesa que el seleccionador le ha transmitido “confianza, que no tenga miedo a fallar”. El jugador del Athletic considera que la figura del técnico asturiano le va a “ayudar a cambiar y mejorar mi juego”. Aunque por otra parte, el joven confía en sus aptitudes para poder sumar en el grupo: “Puedo aportar desborde, velocidad en el uno contra uno y gol, soy un chaval con gol”. Convicción no falta.

No obstante, Nico reconoce que Iñaki y él poseen cualidades que el uno envidia del otro. “A mi hermano le gustaría tener la habilidad que tengo en los pies y a mí, esa capacidad física que tiene”, describe Nico, que vive un sueño de infancia, pero que aún se puede engrandecer: “Ir a un Mundial sería la gota que colma el vaso; estaría súper contento, es el sueño de todo chaval y ojalá se pueda dar esa situación”.

La convocatoria con España es fruto del trabajo realizado en el Athletic, donde vive otra ilusión en paralelo, no sin esfuerzo, porque triunfar en el club bilbaino “es mucho trabajo, con una parte de sufrimiento; yo vine de fuera y los que están en la residencia sufren por no tener a sus amigos y padres cerca de pequeños. Tienes que trabajar y esforzarte para llegar a tu máximo nivel en el fútbol y en el Athletic”, advierte. Cierto es que, a juzgar por el discurso de los Williams, ambos gozan de “una motivación especial”.

Como revela Nico, el estímulo de los Williams es la propia historia de sus ascendientes: “El sufrimiento que pasaron tus padres te hace tener más ambición por ellos y por ti”. Es, quizá, la clave del éxito de Iñaki y de Nico, con opciones de convertirse en internacionales con las selecciones absolutas de Ghana y España, respectivamente, durante la misma semana.