El encuentro tuvo mucho de extraño, culpa de la pandemia del coronavirus, que no cesa en su empeño de castigar a la sociedad. Y el fútbol, claro, no es ajeno a ello. Por lo pronto, los 600 aficionados rojiblancos que iban a arropar al Athletic en el derbi no pudieron desplazarse a capital navarra por las restricciones de aforo en El Sadar; tampoco Marcelino García Toral y un puñado de futbolistas, si bien en el caso de estos por haber dado positivo. Para colmo, también Jagoba Arrasate contrajo el virus, como así informó Osasuna por la mañana, por lo que ninguno de los dos entrenadores pudo sentarse en el banquillo. El partido lo dirigieron sus segundos, Rubén Uría y Bittor Alkiza, y fue un choque entretenido para el aficionado neutral, lo que quizá no deja un buen sabor de boca en los técnicos. Rock 'n' roll para empezar el año. Y el Athletic del orden, ese que pretende ser una prolongación de las ideas de su entrenador, se sabe mover bien en ese otro perfil.

No es casualidad que muchos de los mejores minutos del Athletic esta campaña, especialmente en lo que al ataque se refiere, hayan tenido lugar cuando el equipo se ha soltado la melena y ha mirado la portería contraria sin temor, asumiendo los riesgos propios de quien no tiene mucho que perder. Así ocurrió en el tramo final del encuentro ante el Betis y también anoche en El Sadar. Curiosamente, los dos únicos partidos en los que los leones han sido capaces de voltear un marcador adverso. El Athletic del vértigo funciona. Y lo hace porque acumula gente en ataque. Que eso le deja más expuesto en su área, sí, pero también le acerca mucho más al gol. Encontrar el equilibrio, eso en lo que tanto incide Marcelino, debe ser la clave, pero por lo pronto los resultados han sido mejores con el equipo desmelenado. Tampoco puede pasarte por alto la incidencia de Oihan Sancet en los dos encuentros citados. Si contra el Betis revolucionó el partido con dos buenas asistencias, lo de anoche, con hat-trick

21

Las mejores imágenes del Osasuna - Athletic

Eso sí, pudo pagar caro el conjunto rojiblanco su extraña puesta en escena. Resbalones, algún que otro mal despeje y decisiones equivocadas en defensa pudieron cambiar el signo del partido. De hecho, fue Osasuna quien golpeó primero. Kike García, cómo no, un depredador del área, aprovechó las facilidades puestas por la zaga rojiblanca par enviar al fondo de la red un buen centro de Nacho Vidal. La reacción no se hizo esperar. Sancet quiso el balón, Berenguer demostró que quiere cambiar la dinámica de estos últimos meses en el 2022 recién estrenado e Iñaki Williams aportó muchas alternativas. Muniain y Vencedor, con un extraordinario De Marcos, dieron sentido y aportaron también el punto de locura necesario al ataque. Y así se fraguó la remontada. Puro rock 'n' roll.

En un mes de enero cargado de partidos, con un calendario que marcará el devenir del equipo esta temporada, el triunfo en el derbi ante Osasuna debe ser el comienzo de lo mucho y muy bueno que está por venir. Sancet derribó la puerta, Berenguer se reenganchó para la causa nada más y nada menos que en su antigua casa, y hasta Peru Nolaskoain, quien disputó unos pocos minutos tras varios meses de calvario, volvió a sonreír. Que el Athletic del 2022 se abone el vértigo y al rock 'n' roll será una muy buena noticia.

4.000

Son los encuentros disputados por el Atheltic en su centenaria historia. Un número redondo que alcanzó anoche en el derbi frente a Osasuna en El Sadar, un choque que difícilmente olvidará Sancet. Con el triunfo de anoche, el conjunto rojiblanco ha logrado ya 1.866 victorias, 876 empates y 1.258 derrotas.