Las Islas Feroe son un archipiélago de 18 islas, situado entre Islandia, Noruega y Escocia, que tiene cerca de 50.000 habitantes y que goza de una amplia autonomía dentro de Dinamarca, estado al que pertenece con su actual estatus desde 1948. El otro enclave autonómico del Reino danés es Groenlandia, la inmensa isla ártica también con régimen de autogobierno. Las Feroe tienen primer ministro y parlamento propios y representación en la cámara de Copenhague. Se trata de un territorio al que el Estado danés reconoce capacidad para decidir su futuro político, y lo hace, hoy, por continuar dentro de la Corona danesa con sus especificidades respetadas. Feroe tiene una cultura distintiva y un idioma propio, el feroés, derivado del nórdico antiguo y oficial en la región junto al danés. Su nivel de vida es importante, con un bajo desempleo y un índice de desarrollo económico elevado basado en la pesca y en el turismo. En lo deportivo se dice que el 90% de las personas que conocen en el mundo las Islas Feroe lo hacen por su selección de fútbol, deporte más popular en las islas, aun no habiendo superado el puesto 75 en el ranking FIFA. Sus jugadores son los mejores embajadores del territorio, señalan sin dudar, y el equipo su signo de identidad más importante.

Después de disputar la selección de Feroe partidos amistosos internacionales durante cerca de 60 años, la federación de fútbol solicitó la entrada en la FIFA, y lo consiguió en 1988, y dos años después, en 1990, lo hizo en la UEFA, en ambos casos sin oposición de la federación danesa, pese a suponer un teórico menoscabo en su representatividad. Posteriormente no se ha planteado evitar el enfrentamiento directo entre ambas selecciones, la estatal contra la regional, de lo que es buena prueba su encuadramiento en el mismo grupo F de clasificación para el próximo mundial.

Por su parte, el otro territorio autónomo del Reino de Dinamarca, Groenlandia (59.000 habitantes en una gran extensión blanca), tiene un equipo futbolístico más modesto que el feroés, pero aspira también a entrar en FIFA y UEFA próximamente, cuando cuenten con las instalaciones adecuadas en un medio tan inhóspito, oficialidad que ya han conseguido en deportes como el balonmano, con un destacable nivel. Sus dirigentes afirman que la entrada de la selección groenlandesa de fútbol en los organismos internacionales cuenta con los buenos deseos de éstos (aun no siendo un estado independiente), y el presidente de la federación danesa aseguró en 2015 que ayudará “en todo lo que pueda” para que Groenlandia entre en UEFA y en FIFA, incluidas ayudas económicas. Las comparaciones son inevitables.

Al respecto de la entrada ya consumada del territorio de Islas Feroe en el fútbol oficial mundial, conviene recordar que lo hicieron, con la citada aquiescencia del poder central danés, cuando los estatutos de los entes internacionales permitían con amplitud el acceso a territorios no estatales. Hoy la FIFA (artículo 11.6) exige formalmente el plácet estatal, aunque a veces se olvide de sus propias normas. Habrá que seguir recordándolo, allá donde proceda. Mirando a Copenhague.