"SI el Barcelona es más que un club, el Red Star es más que fútbol”. Es el mantra que se repiten domingo tras domingo los hinchas del club parisino. A once kilómetros al noroeste del Parque de los Príncipes, donde el petrodólar engalanó al PSG hasta hacerle digno de Champions, el humilde equipo de la comuna de Saint-Ouen salta a su embarrado campo con el objetivo de que la inherencia entre el fútbol y París continúe palpitando. Sin Messi, ni Neymar, ni Mbappé, el Red Star tira de modestia y orgullo. Porque el club verdiblanco no tendrá títulos -en su palmarés solo lucen cinco empolvadas Copas de Francia-, ni grandes rivales -actualmente milita en la tercera categoría francesa-; pero tiene historia. Y eso es algo que el dinero no puede comprar. Por ello, el Red Star es uno de los protagonistas de la cuarta jornada del Thinking, Letras y Fútbol. De hecho, el documental Somos el Red Star que comenzará esta tarde (19.00 horas) con Carta a Sócrates, un cortometraje en el que el director Pedro Asbeg rendirá tributo al exfutbolista brasileño.

Y es que con el PSG en manos del catarí Nasser Al-Khelaïfi y con el París FC, que juega en la Ligue 2, dirigido por el Reino de Bahréin; el Red Star quiere mantener la identidad parisina. El pedigrí del fútbol de la capital francesa. Así pues, desde que fue fundado en 1897, el equipo verdiblanco tan solo ha tenido ese objetivo. De hecho, su nacimiento tuvo el propósito de fomentar la práctica de este deporte entre todas las clases sociales, justo en un momento de la historia donde el balón solo podía ser golpeado en estadios por las élites. Más de un siglo pasó de eso, pero su doctrina sigue siendo la misma. El fútbol es de todos y para todos. Por ello, ubicado en uno de los barrios con la proporción de inmigrantes más alta del país, el Red Star se enorgullece de su carácter inclusivo y multicultural. De la misma forma, con una clara ideología antifascista y siempre inclinada hacia la izquierda, la afición verdiblanca se singulariza por dar más importancia a lo que ocurre fuera del campo. El marcador les importa, claro; pero les es más relevante utilizar el altavoz del fútbol para demandar equidad, tolerancia e integración.

Somos el Red Star resume a la perfección la idiosincrasia del club parisino. Esa naturaleza tan particular que le ha hecho grande en la historia a pesar de los resultados sobre el césped. Dirigida por Christian Paureihe y Monica Regàs, la película no solo narra cómo se vive el fútbol desde la grada del Stade Bauer, sino que durante 52 minutos realiza un recorrido por las acciones sociales que apadrina este mítico club.