Ni fú ni fa. El arranque del Athletic en la nueva liga deja un sabor amargo entre su parroquia. El proyecto que lidera Marcelino García Toral desde el minuto cero se recibe como un cierto calco al que cerró la pasada competición, con un conjunto rojiblanco poco fiable de cara a gol, aseado solo en un puñado de minutos en la primera mitad, carente de continuidad e incapaz de superar a un Elche hecho a retales y llamado a pelear de nuevo por la permanencia. El Athletic, sin más, careció de chispa y se encargó a las primeras de cambio de rebajar las expectativas que pudiera haber generado en su último fin de semana de pretemporada con los duelos en Inglaterra ante el Southampton y el Liverpool. Aquellos se quedaron en balas de fogueo y cuando llega la hora de la verdad la tropa de Marcelino saca una versión simplona a las puertas de estrenarse el sábado en San Mamés ante más de 10.500 de sus fieles para medirse al Barça posMessi. Este choque debe esperar, aunque, visto lo visto en el Martínez Valero, este Athletic tiene aún mucho por mejorar.

La puesta en escena en el arranque del curso estaba cantada. Marcelino no se había escondido en los partidos de mayor enjundia de la pretemporada y el indicio determinante lo asomó en Anfield en el último test veraniego. El asturiano apostó en el Martínez Valero por el mismo once que compitió ante el Liverpool, por lo que el técnico envía mensajes diáfanos. Dani Vivian, que debuta como león, le ha ganado el pulso a Unai Nuñez, que lógicamente no debe estar muy satisfecho, y lo cierto es que el gasteiztarra, que dio un salto cualitativo la pasada como capitán del Mirandés, cumplió en un partido emotivo a nivel personal y exigente a la hora de verse las caras con el argentino Lucas Boyé, un nueve clásico, un portento físico. Vivian salió del apuro e incluso sacó un buen número de balones. Marcelino se empeña también en insistir en la sociedad formada por Vencedor y Dani García en la sala de máquinas, una fórmula que ofrece cemento, pero que en varias fases de juego carece del necesario criterio técnico que requieren determinadas lecturas y que reclaman los delanteros.

El Athletic sacó chispas en una primera media hora meritoria. Afrontó el duelo con las ideas interiorizadas. O sea, lo que pide Marcelino. Puso una marcha más que el Elche y se hizo dueño de la situación, porque también lo quiso así el cuadro ilicitano, que priorizó de salida guardar la ropa y coger la matrícula a los rojiblancos. Tal política conservadora entraña su cuota de riesgo. El Athletic activó sobre todo su costado derecho, ya que De Marcos, sin competencia en esta jornada inaugural ante las bajas por lesión de Capa y Petxarroman, y Berenguer asumieron protagonismo, conectaron en un par de ocasiones y armaron desde la derecha el peligro de los leones merced a interesantes triangulaciones a las que se sumaron Vencedor y un intermitente Muniain. El Athletic, sin embargo, reiteró carencias muy cercanas en el tiempo. Le falta pegada, ese instinto asesino que decide los encuentros ante rivales de perfil inferior. Iñaki Williams, como ya lo definió Marcelino en días pasados, no es un delantero goleador y paradójicamente el de Villaviciosa asume sin ambages ese déficit, cuando en la recámara está un Villalibre que se ajusta más al rasgo de ariete.

El mayor de los Williams tiene sus virtudes, pero la pegada no es una de ellas. Por lo menos así lo dicen sus números de cara al gol. Ayer insistió en esa deficiencia. Erró en algunas decisiones y no consumó una buena pared con Sancet, el sustituto del sancionado Raúl García, ya que Enzo Roco estuvo más rápido que el bilbaino. Fue la segunda ocasión de los rojiblancos tras una anterior de Berenguer, empeñado en repetir como mínimo las cifras anotadoras del curso anterior, aunque le toca aguardar para estrenarse en esta faceta. El Athletic no rentabilizó sus momentos más notables y el Elche espabiló. La pájara se apoderó del colectivo de Marcelino, que, con un Muniain desaparecido, mostró lagunas defensivas, especialmente por el lado derecho. De Marcos y Berenguer presumen de su vocación ofensiva y se retratan a la hora de cerrar. El colombiano Mojica encontró una autopista por ese carril y una incursión suya propició la oportunidad más clara de los de Fran Escribá. El caramelo de Mojica lo desperdició Pere Milla, que falló lo que no está en los escritos para alivio de un Athletic desajustado en el tramo final del primer acto, pese a los chispazos postreros de Balenziaga y De Marcos, que protagonizaron los dos primeros disparos a puerta de los leones.

El Athletic proyectó luces pero también sombras. Son estas las que tiene que corregir Marcelino, al que las cinco semanas de pretemporada no le han servido para desactivar esos puntos oscuros. El encuentro entró en una cierta anarquía durante algunas fases pese a los intentos del asturiano de buscar fórmulas, muy similares a las de la liga pasada, en el deseo de batir a un Kiko Casilla que se vio poco exigido. Salvo la sustitución forzada de un tocado De Marcos, probó con una nueva medular, Vesga y Zarraga, reclutó a Villalibre y recurrió a la frescura de Nico Williams, todos ellos movimientos en balde. La suerte estaba ya echada e incluso el Athletic se llevó un susto de muerte cuando un error garrafal de Lekue propició en el 90 un derechazo de Morente que sacó con una buenísima mano Agirrezabala, que sí regresa a casa contento con su debut en la portería del Athletic, que tanto pesa. La solvencia del chaval y la seguridad de Vivian, los dos debutantes curiosamente, se quedan como las mejores noticias de un estreno que deja dudas.

FICHA TÉCNICA

ELCHE: Casilla; Roco (Min. 62, Diego González), Verdú, Bigas; Josan (Min. 82, Palacios), Guti (Min. 82, Morente), Marcone, Fidel, Mojica; Pere Milla (Min. 71, Carrillo) y Lucas Boyé.

ATHLETIC: Agirrezabala; De Marcos (Min. 52, Lekue), Vivian, Iñigo Martínez, Balenziaga; Berenguer, Vencedor (Min. 82, Zarraga), Dani García (Min. 76, Vesga), Muniain (Min. 82, Nicholas Williams); Sancet (Min. 75, Villalibre) e Iñaki Williams.

Árbitro: Cordero Vega (Comité Cántabro). Amonestó a Verdú y Guti. por el Elche; De Marcos y Dani García, por el Athletic.

Incidencias: Partido disputado en el Martínez Valero ante 9.145 espectadores, entre ellos algunas decenas de seguidores rojiblancos.