El mercado de fichajes ofrece una actividad mínima. Probablemente, la disputa de la Eurocopa ha generado cierta ralentización, porque muchos clubes realizan un scouting de jugadores que quieren asomarse en un escenario idóneo para dar un salto profesional, especialmente de selecciones de segundo nivel. El Athletic, con todo, nada puede decir en semejante plataforma y su objetivo se centra en el deseo de Marcelino García Toral, ya que a día de hoy la misma está integrada por 34 futbolistas citados para iniciar los entrenamientos el 7 de julio, a dos semanas vista, un exceso que no es del agrado del técnico asturiano. Uno de los llamados a salir en este verano es Iñigo Vicente (Derio, 6 de enero de 1998), presente en la nómina de descartes de Marcelino y que podría estar cera de encontrar destino a modo de cesión. Y, paradójicamente, el derioztarra volvería al Mirandés, en el que ya ejerció hace dos temporadas, entonces a las órdenes de Andoni Iraola, actual entrenador del Rayo Vallecano.

Iñigo Vicente dejó buenas sensaciones en su anterior etapa en el cuadro burgalés. Pese a no ser un intocable para Iraola, el derioztarra, un futbolista de un perfil diferente, no tuvo malos números y su crecimiento en una categoría tan exigente como LaLiga SmartBank fue evidente. Participó en 36 partidos, ente liga y Copa, con una tarjeta de cinco tantos ejecutados y 1.859 minutos completados, unas estadísticas que le reconfortaron junto a su relevancia a varios de estos encuentros. El Mirandés, que mantiene muy buenas relaciones con el Athletic, ha vuelto a pensar en el delantero, con el que ya se ha puesto en contacto, y su nuevo técnico, el extremeño Lolo Escobar -la pasada temporada dirigió al Salamanca- , ve con buenos ojos una posible operación que no habría hecho más que iniciarse, aunque tiene indicios de que llegue a buen puerto. El Mirandés, con todo, no es el único conjunto de la categoría de plata que se ha fijado en Iñigo Vicente, al que siguen el Tenerife y el Lugo, entre otros.

Sus prestaciones en el Mirandés propiciaron el retorno al Athletic del derioztarra, con contrato hasta el 30 de junio de 2023 y una cláusula de rescisión de 40 millones de euros, aunque evidentemente no ha tenido nada de fortuna en esta última temporada, ya que su aportación ha sido anecdótica. No entró en los planes de Gaizka Garitano, con el que únicamente jugó el partido de su debut como león ante el Cádiz en San Mamés, ni la apuesta por Marcelino cambió la situación de Iñigo Vicente, que solo compareció en los tramos finales de los duelos ante Osasuna y Elche, para sumar un exiguo recorrido de 52 minutos. Un año prácticamente en blanco en el matiz competitivo, pero en el que ha vivido experiencias vitales que le sirven para aprender de cara el futuro cercano y que podría conocerse en un tiempo más cercano que lejano, es decir, antes de que el Athletic inicie la pretemporada.