Los datos individuales de la plantilla arrojan una información de la que es posible extraer conclusiones para entender mejor el desarrollo de la temporada. Son números objetivos y reflejan aspectos interesantes, pero por sí solos no son suficientes para conocer la realidad del equipo y de cada futbolista. Conviene profundizar en ellos, explicarlos al detalle, desmenuzarlos para hacerse una idea más precisa de lo vivido. En el curso recién acabado, de entrada se observa un reparto de minutos más equitativo que en el anterior. Es por ello que, por ejemplo, la alineación tipo del Athletic, no cabe hablar de un once concreto donde todas o la mayoría de las posiciones poseen un dueño claro. Asimismo, es llamativo pese a que el equipo haya disputado casi la misma cantidad de partidos que en la 2019-20, solo dos más, que casi la totalidad de los considerados titulares ha sumado menos minutos, en muchos casos en torno al millar o el medio millar.

En todo lo apuntado opera una misma clave. Si los habituales han visto rebajado su protagonismo mientras los suplentes gozaban de más presencia, es debido en gran medida a que en las últimas ocho jornadas del liga, las que siguieron a la segunda final de Copa, contra el Barcelona, Marcelino García empezó a contar con Morcillo, Sancet y Villalibre en detrimento de Muniain, Raúl García y Williams. Estos no fueron los únicos que desaparecieron de la pizarra, pues algo similar pasó con Capa, Yeray o Yuri. Hablamos por tanto de medio equipo, seis hombres que por diferentes motivos, básicamente lesiones pero también excesivo desgaste, fueron tachados de los planes del entrenador, quien además del trío ya citado, recurrió muchísimo a De Marcos, Nuñez y Balenziaga en la recta final del calendario.

Es decir, que cuando se afirma que los chavales han tenido la posibilidad de asentarse y crecer, sin ser mentira, tampoco es del todo cierto. En ese tramo de ocho encuentros que tuvo lugar en el plazo de un mes, Sancet dispuso casi de tantos minutos como en los siete meses previos y Morcillo añadió 500 a los mil que había ido sumando a lo largo del resto del ejercicio. Lo de Villalibre es aún más curioso. Resulta que el ariete es, por detrás de Williams y empatado con Simón, el tercer hombre en el ranking. Yendo al detalle, sale que solo en 20 jugó de inicio. Y esa veintena se concentra en el último mes y en el mes previo a la destitución de Gaizka Garitano. Computados ambos períodos, Villalibre sumó trece de sus titularidades y un millar de minutos, tantos como los que tuvo en el medio año restante, cuando sus continuas apariciones eran de un cuarto de hora o menos.

vencedor

Matizado el asunto, Villalibre es uno de los más favorecidos en la temporada porque triplica su cuota de minutos respecto al año anterior. Por este concepto destacan De Marcos (1.600 minutos más) y Balenziaga (1.400). Pero el que se lleva la palma es Unai Vencedor, con 2.000. Él sí representa al producto de la cantera que logra consolidarse en el equipo. En la 2019-20 debutó, pero ahí se quedó: solo asomó en un partido. En la 2020-21 se ha dejado ver en 35, siendo titular en 24. Sus actuaciones abarcan todas las fases del ejercicio, desde septiembre a mayo. Vencedor ha figurado en la rueda junto a los otros centrocampistas, Dani García, Vesga y Unai López.

Volviendo a los fijos, solo Simón incrementa su presencia, en 800 minutos. Capa, Yuri, Dani García y Raúl García, bajan mil; Iñigo Martínez, Yeray, Williams y Muniain, bajan 500 minutos. La consecuencia de todas estas circunstancias se traduce en que ha habido 15 integrantes del plantel con dos mil o más minutos, 16 si se contabiliza a Villalibre. Y únicamente tres superan los tres mil: holgadamente el portero y de forma raspada Iñigo y Williams. Un año antes, el panorama era bien distinto: solo diez estuvieron por encima de los dos mil, pero de ellos hasta ocho saltaron la barrera de los tres mil.

Si se trasladan los datos al diseño de la alineación tipo del Athletic, los únicos indiscutibles atendiendo a las demarcaciones son Simón, Iñigo, Berenguer, Muniain, Williams y Raúl García. Para el lateral derecho hay que nombrar con parecidos registros a Capa y De Marcos, en el izquierdo a Yuri y Balenziaga, Yeray y Nuñez también estarían a la par; los dos puestos de la línea media se los reparten los cuatro mencionados más arriba. El contraste con la 2019-20 es importante, pues entonces apenas había margen para la duda a la hora de asignar puestos, con la salvedad de que Unai López y Vesga compitieron por uno.

destacados

La vertiente del rendimiento, de algún modo asociada a las cifras, merece asimismo un repaso específico a fin de que el balance individual sea completo. La verdad es que cuesta bastante señalar a los jugadores que han sobresalido y no porque el tono general de la campaña haya defraudado. Tampoco la anterior fue para echar cohetes, pero hubo piezas que en razón a su comportamiento se hicieron acreedores a una nota alta: Iñigo Martínez, Raúl García, Yuri y Simón; incluso Dani García, acaso en un escalón inferior, estuvo a buen nivel. De todos ellos, el defensa central repetiría en el capítulo de destacados, a pesar de que sus prestaciones se han resentido. Ninguno de los otros ha brillado. Cuestiones variadas han hecho que su año no pasase de discreto o fuese flojo.

Junto a Iñigo se ha de citar a Alex Berenguer. Tardó en encajar, pero con el discurrir del tiempo fue el que respondió de entre los elementos de ataque. Los nueve goles que figuran en su tarjeta son una barbaridad para un hombre de banda que nunca antes se caracterizó por su instinto en el área. Sin olvidar su implicación en goles ajenos. Se incorporó con el año en marcha y al contrario que otros jugadores ofensivos supo darse a valer a los ojos de Marcelino hasta la jornada de cierre, no se limitó a dar el do de pecho en el mes de la Supercopa. En el lado opuesto de la balanza, un año más, comentar que el papel de Williams y Muniain no justifica su privilegiado estatus en el equipo.

La pareja De Marcos y Balenziaga optaría a mención por disponibilidad y oficio, y se ha de subrayar lo que han sugerido Vencedor, Villalibre, Morcillo y Sancet, mediatizados por su escaso bagaje en la élite y, en el caso de los tres últimos, porque no es fácil dar la talla chupando banquillo durante largas fases de la temporada.