La fecha el 28 de abril de 2021 quedará grabada en la memoria de la familia Williams Arthuer. Los dos hermanos, Iñaki y Nicholas (Nico), cumplieron el sueño de jugar por primera vez en el Athletic. Lo hicieron en San Mamés durante unos veinte minutos en el duelo ante el Valladolid, un momento que, según Iñaki (el mayor de la saga, cerca de cumplir los 300 partidos como león y los 27 años de edad), supuso "un cúmulo de sentimientos, porque siempre he deseado esto, es un sueño que se ha hecho realidad".

"Cuando llegué al Athletic y cuando lo hizo mi hermano, compartir vestuario. Lo hemos conseguido aunque queda mucho camino. Él es joven tiene mucho margen de mejora, pero lo difícil no es llegar, sino mantenerse", ha manifestado el mayor de los Williams, que ha aconsejado a Nico, de 18 años de edad, "que trabaje, se sacrifique, que entrene, disfrute del fútbol y de la vida, que no se debe llevar por comentarios negativos, que se centre en los amigos y en la familia, que son los que le van a apoyar independientemente de si gane o pierda, y de que solo haga caso de las críticas constructivas".

Al margen del impacto emotivo de jugar junto a su hermano, que volverá el sábado a competir con el Bilbao Athletic, Iñaki Williams se refirió a su momento deportivo, que está lejos de su mejor nivel, y de su sequía goleadora, ya que no ha visto puerta en las últimas once jornadas de liga. "Soy un delantero y a un delantero se le pide gol. Me gustaría aportar goles, doy asistencias, aporto con trabajo, sacrificio. Yo quiero seguir ayudando al equipo y seguir trabajando, nadie me va a hacer dudar de lo que es Iñaki Williams y lo quiero demostrar día a día", ha añadido el bilbaino, que reconoce que "la temporada se hace larga", pero que se queda con que "le está viniendo bien salir en las segundas partes, donde se me ve con las piernas más frescas y donde aporto al equipo".

Williams ha puesto el acento en el daño que ha hecho la derrota en las dos finales de Copa y asume la autocrítica porque el colectivo de Marcelino no compitió ni ante la Real Sociedad ni ante el Barcelona en La Cartuja. "Fue muy duro, cuesta asimilar lo que estaba pasando, primero fue una hostia, luego vio otra. Bajamos a lo más bajo y creo que el no ser nosotros mismos es lo que más nos ha dolido, y yo no transmití lo que suelo transmitir en otros campos. No sabes cuándo vas a llegar a otra final y hemos dejados pasar dos oportunidades para hacer historia. Nos pudo, aparte de la presión, las ganas de ganar, de traer el título a casa, y nos debe servir de lección", ha reflexionado el bilbaino, que no cree que sea el momento del regreso del público a los estadios, sobre todo a San Mamés: "Hay que velar por la seguridad de la gente, si en Euskadi no se puede ir a los estadios es por algo. Estamos en unos momentos críticos, tener conciencia de lo que estamos viviendo, no sé lo que se dará en otras comunidades autónomas, pero estamos como estamos y hay que respetar las restricciones".

El delantero, al que "llegado a estas alturas" sí le gustaría alcanzar el récord de partidos consecutivos en liga del exrrealista Juanan Larrañaga (202, frente a los 190 del rojiblanco) aunque "siempre priorizo al equipo más que a los retos personales", no descarta aún luchar por una plaza europea siempre que haya posibilidades matemáticas y se ha referido al partido del lunes en el Sánchez Pizjuán frente a un Sevilla que se ha metido en la pomada por la conquista del título de liga: "Van a salir con todo por lo que se están jugando y nosotros tenemos que salir también con esa misma mentalidad, sino sufriremos. Si no estamos al 110 por ciento, no somos un equipo tan fuerte como otros, nuestro máximo hace que otros equipos nos respeten".