ESPAÑA: Unai Simón; Marcos Llorente, Eric García (Min. 86, Sergio Ramos), Iñigo Martínez, Jordi Alba; Pedri (Min. 69, Fabián), Busquets (Min. 82, Rodri), Koke; Ferrán Torres, Morata (Min. 69, Gerard Moreno) y Dani Olmo (Min. 82, Canales).

KOSOVO: Ujkani; Hadergjonaj, Vojvoda, Dresevic, Aliti, Kololli (Min. 57, Zeneli); Kryeziu, Celina, Besar Halimi (Min. 82, Voca); Rashica (Min. 55, Lirim Kastrati) y Muriqi.

Goles: 1-0: Min. 34; Dani Olmo. 2-0: Min. 36; Ferrán Torres. 2-1: Min. 70; Halimi. 3-1: Min. 75; Gerard Moreno.

Árbitro: Jakob Kehlet (Dinamarca). Amonestó al visitante Kryeziu (Min. 49).

Incidencias: Partido de la tercera jornada del Grupo B de la fase de clasificación europea para el Mundial de Catar 2022, disputado a puerta cerrada en La Cartuja.

Iñigo Martínez y Unai Simón ya descansan en el Hotel Barceló Renacimiento Sevilla, sito a menos de un kilómetro del estadio de La Cartuja, y este mediodía se reencontrarán con sus compañeros en el lugar de concentración, en el que repite el Athletic después de que el pasado 17 de enero conquistara la Supercopa. Quizá se trate de un matiz supersticioso de cara a la histórica final de Copa del sábado frente a la Real Sociedad en este mismo estadio. Sea como fuere, los dos jugadores rojiblancos cerraron anoche su periplo de tres partidos con la selección española, dentro de la fase de clasificación para el Mundial de Catar’2022, como también lo hizo el realista Mikel Oyarzabal, quien, a diferencia de los dos rojiblancos, se ha desplazado a Donostia para entrenar hoy mismo en Zubieta. Iñigo y Unai Simón ejercieron en el once titular de Luis Enrique y tuvieron un protagonismo dispar en la victoria de España sobre Kosovo, una selección integrada de pleno derecho en la FIFA pero a la que no reconoce el Estado español como país soberano. Oyarzabal, en cambio, no jugó minuto alguno. Iñigo, muy seguro en el corte, salió indemne, sensación que no corresponde a Simón, que la pifió. El de Murgia se equivocó en una salida casi hasta el centro del campo, una frivolité que aprovechó Halimi para hacer el 2-1 provisional. Habrá que esperar si ese grueso error no le marque para el sábado. Le toca blindarse en el aspecto mental. Tomárselo como un mero accidente.

Al margen de ello, el desgaste para la final es mayor en el caso del Athletic. Incluso Luis Enrique no tuvo el detalle de dar un respiro al de Ondarroa, cuando a los 86 minutos retiró a Eric García para dar entrada a Sergio Ramos, caprichoso con su récord personal. Simón ha hecho pleno, 270 minutos, en tanto que el central rojiblanco ha recorrido 180 (jugó las segundas partes ante Grecia y Georgia, y los 90 del duelo de anoche). Oyarzabal, mientras, solo ha participado en los tramos finales de los dos primeros compromisos, para completar un total de 35 minutos. Marcelino García Toral, con todo, respira aliviado. Ni Unai Simón ni Iñigo, dos de sus piezas básicas e intocables, han sufrido rasguño alguno. Una noticia positiva para el técnico asturiano, que decidió adelantar el viaje a Sevilla para evitar que sus dos pupilos metieran más horas de viaje. Esta tarde, el asturiano contará con todos sus hombres disponibles para ultimar, en las instalaciones de la Ciudad Deportiva del Sevilla, la preparación de la finalísima de Copa.

En cuanto al encuentro en sí, este tuvo poca historia. O quizá un poco más de la que pintaba el partido a los 70 minutos, cuando se produjo el fallo de Simón. El conjunto de Luis Enrique era consciente de que no se podía permitir un nuevo tropiezo tras el que sufrió ante Grecia e incluso su victoria in extremis sobre Georgia no hizo más que alimentar las dudas sobre su poderío. No en vano, son rivales de segunda o tercera fila, como así lo testimonió Kosovo, una selección de nuevo cuño, pero su nivel deja mucho que desear, consciente de que está llamada a ejercer como un convidado de piedra en un grupo ya de por sí de poco chicha.

La propuesta del combinado estatal estaba diseñada para tener la posesión, madurar las acciones y esperar a abrir la lata y derrumbar el muro de una Kosovo entusiasta aunque sin recursos creíbles para inquietar al portero rojiblanco, que vivió una noche plácida, como la temperatura que presidió Sevilla, muy agradable y que repetirá previsiblemente la noche del sábado. Se trataba de acertar una de las ocasiones que caían sobe la meta balcánica. Las tuvieron Dani Olmo, Jordi Alba, Morata… hasta que el propio Dani Olmo, autor del 1-2 en Tbilisi, se sacó un golpeo preciso que se coló por la escuadra izquierda. Dos minutos después llegó la sentencia en una contra que armó Pedri y culminó Ferrán López con un disparo cruzado.

El partido se cerró en 120 segundos o por lo menos eso parecía a tenor de lo que sucedía en el verde. Quedaba por conocer en qué dinámica entraría en el segundo acto, que transcurrió bajo una inevitable monotonía. Se produjeron varias llegadas claras del equipo español, algún intento tímido de Kosovo de inquietar a Unai, el carrusel de cambios… Todo muy previsible hasta la salida en falso del meta. Puso un pelín de incertidumbre, pero la lógica imperó y Gerard Moreno, que llevaba solo un puñado de segundos en el terreno de juego, acabó con las ilusiones de Kosovo.

En RTVE. La polémica estaba servida de antemano. El veto político que mantiene el Gobierno español con la República de Kosovo, a la que no reconoce, se extendió antes, durante y después del partido de ayer en La Cartuja en lo referente a la diplomacia y a la terminología, con la carga simbólica que conlleva. Los profesionales de RTVE, tanto de RNE como de TVE, recibieron la orden desde Moncloa de vetar el nombre de Kosovo, de mencionarla como selección nacional y sugerir que se utilizara la denominación de Territorio de Kosovo o equipo kosovar. Sugerencia que acataron también otras emisoras estatales privadas, no todas. Madrid, por lo visto, teme que el efecto Kosovo acentúe las opciones de que Euskadi y Catalunya sean reconocidas en un futuro no tan lejano.