El partido ofrece su trampa. Y Marcelino García Toral lo sabe. De ahí la insistencia durante su comparecencia de ayer en dejar de un lado por unas horas la final de Copa del 3 de abril y centrarse exclusivamente en el otro derbi de esta tarde en San Mamés. No en vano, el Athletic se juega su crédito en la liga ante un Eibar en crisis, agobiado por su situación y que llega a Bilbao decidido a amargar el día al conjunto rojiblanco que, ya desde las 16.00 horas de hoy, puede dedicar todos sus sentidos a la cita histórica de La Cartuja frente a la Real Sociedad, que mañana se ve las caras con el Barça, y al que también espera el Athletic en el estadio sevillano el 17 de abril, en la segunda final de Copa consecutiva para los leones, conscientes de que están a un paso de hacer historia. Pero lo primero es lo primero, como certifica un Marcelino inquieto un pelín por el duelo frente al equipo de José Luis Mendilibar pese a que este encadene diez jornadas sin vencer. Para el Athletic no es un trámite y su objetivo es vencer en el derbi de hoy para ir haciendo boca de cara a la final pendiente desde hace un año.El Athletic no se puede despistar si quiere mantener vivo el objetivo de lograr billete europeo vía liga. La final del 17 de abril frente al Barça le recompensaría con el pasaporte a la fase de grupos de la Europa League en el caso de conquistar el título, pero a día de hoy tiene que manejarse en el corto plazo. Y ese presente mira al compromiso ante el incómodo equipo armero, que exigirá al colectivo de Marcelino, que solo ha ganado uno de sus últimos cinco encuentros ligueros, gracias al triunfo in extremis sobre el Granada, con una cosecha de seis puntos sobre quince posibles. Un trayecto irregular que lastra el deseo de repuntar en la tabla y subir su cotización en la lucha por las plazas continentales, que pasa evidentemente por batir a un Eibar metido en la zona de descenso y que se presenta en La Catedral con cinco bajas, ya que a las conocidas de Bigas, Cote, Correa y Muto, se ha unido la de Expósito a última hora.

El mal momento del Eibar, cuyo consejo de administración ha ratificado esta semana a Mendilibar en su cargo, se entiende como un arma de doble filo para el conjunto rojiblanco, que no se fía de un contrario dolido y necesitado; y por ello Marcelino no se guardará prácticamente nada de cara a la final ante el Real Sociedad, a dos semanas vista. El regreso de Iñigo Martínez después de que haya cumplido la injusta sanción de cuatro partidos permitirá al asturiano poner en liza su plan prioritario. La entrada del de Ondarroa podría suponer la salida del once de Unai Nuñez, en tanto que Ander Capa, que no viajó a Vigo por una sobrecarga muscular, vuelve también a la lista e incluso podría comparecer de inicio, con lo cual De Marcos gozaría de un pequeño descanso. Por lo demás, no se esperan sorpresas en la fórmula que aplique Marcelino, que ayer avisó de que no tiene intención de reservarse cosas. Quizá repita con Dani García en lugar de Vesga como pareja de Unai López, autor del doblete en la cita de la primera vuelta en Ipurua, e incluso Villalibre podría tener alguna opción en el lugar de Raúl García. Sin embargo, el de Villaviciosa, que ha dejado fuera de la convocatoria a Iñigo Vicente por motivos técnicos, no valora mover muchas piezas.

El Athletic, por tanto, asume que hoy solo le vale ganar sí o sí ante un Eibar que nunca ha ganado en Bilbao y que solo ha vencido a los rojiblancos en uno de sus trece enfrentamientos en liga, un antecedente que se remonta al curso 2015-16, con un 2-0 a su favor en Ipurua. Lo firmó con Mendilibar en el primer curso de su segunda etapa al frente del cuadro armero, que tirará de una idea atrevida ante la urgencia de hacer caja, con lo que Sergi Enrich podría ejercer unos metros por detrás de Kike García en busca de generar peligro en las inmediaciones del área de Unai Simón, que quiere dejar la puerta a cero por segundo partido consecutivo.