Es inútil resistirse a la evidencia de que la cuenta atrás ya está aquí. Se podrá debatir en torno a cuándo se activó y no faltarán voces que sitúen su arranque en la primavera o el verano, pero lo que no admite duda es que hoy está en marcha. Se nota demasiado. Como la crecida de un río, es imparable. La corriente coge más y más fuerza a medida que se aproxima la fecha clave, en este caso el 3 de abril, y arrastra todo lo que encuentra a su paso. Cada noticia que genera el Athletic se somete a un concienzudo escrutinio desde hace semanas, cualquier novedad, resultado, alineación, las sensaciones que transmite en cada compromiso, las declaraciones, el parte médico, en fin, absolutamente todo lo que rodea al equipo entra en el mismo saco: se analiza en clave de final de Copa.

Consumida la mitad de marzo, ningún elemento de la actualidad del Athletic es anecdótico o secundario. Al contrario, enseguida se establece un hilo conductor que empalma con el derbi en la cumbre con la Real Sociedad. Consciente de ello, Marcelino García dijo que enfocaría su trabajo al día a día, con el objetivo de generar una inercia positiva a través del rendimiento y los resultados en los partidos a disputar antes del mes de abril. Una vez negociado el trámite de la reñida semifinal con el Levante y amarrada la plaza de la final del 17 con el Barcelona, insistió en este mensaje y desde entonces se dedica a despejar las preguntas que no versen sobre el campeonato liguero.

Nada de lo que ocurra en las citas que anteceden a la primera de las finales garantiza el título, aunque puestos a elegir se antoja de sentido común esforzarse en fomentar la exigencia y la concentración en sus niveles máximos. Evitar una caída de tensión que pudiera afectar a la competitividad de la plantilla, sería pues el guión a seguir. Ello no quita para que se administren las cargas de trabajo, como se ha observado a lo largo de la semana pasada, que incluyó tres partidos.

Por ahí han ido los tiros. Tres días después de eliminar al Levante jugando 120 minutos, se recibió al Granada con un once transformado de pies a cabeza que fue capaz de lograr el triunfo.al Granada con un once transformado de pies a cabeza que fue capaz de lograr el triunfo Tres días más tarde, para visitar al líder, Marcelino puso en liza la formación que utilizó en la semifinal. El planteamiento del Metropolitano puso en valor el carácter ambicioso del Athletic, pero se quedó corto ante el oficio del líder. Este último domingo, en Balaídos, el técnico se decantó por una fórmula mixta y de entrada introdujo cinco cambios. Ni fu ni fa, el rendimiento fue gris, aunque suficiente para asegurar el empate.

El sábado que viene recibe al Eibar y luego dispondrá de dos semanas enteras para preparar el asalto a La Cartuja. Ahora el debate se centra en la forma de encarar el duelo con el conjunto armero, en si merece la pena sacar el once tipo o es preferible reservar a los hombres que supuestamente le disputarán la final a la Real. El temor a lesiones sería el factor a considerar a juicio de los partidarios de la cautela. La réplica a este punto de vista sale fácil.

De una parte, convendría recordar que la posibilidad de sufrir un contratiempo físico siempre ronda a los profesionales, también en los entrenamientos. Y aludir al desgaste de los futbolistas con el criterio de reparto de minutos aplicado en las citas recientes, encima habiendo luego un margen de quince días para recuperar, tampoco justificaría tanta precaución. Además, cuesta creer que la renuncia expresa a competir durante un período de tres semanas sea beneficiosa a estas alturas del curso. Retomando el mensaje del entrenador, lo ideal es que el jugador esté activo, vivo, inmerso en la dinámica propia del calendario.

Ensayo general

Por todo lo expuesto, sería una sorpresa que contra los de Mendilibar no saltase al campo una alineación muy similar, si no calcada, a la de la vuelta de la semifinal, con Iñigo Martínez en el lugar de Nuñez. El encuentro con el Eibar se convertiría así en una especie de ensayo general con vistas a la primera de las finales. Qué mejor forma de poner a punto el plan, pese a que se trate de duelos dispares, sin punto de comparación por el escenario, la competición, la identidad y el estilo del oponente, etc. El único denominador común, el deseo de alcanzar la victoria.

Revisado el calendario y dando por hecho que la agenda de Marcelino hasta el día 3 de abril está más que meditada, un tema que sí puede inducir a la preocupación es el momento que atraviesan varios de los teóricos titulares. Sin necesidad de profundizar en las circunstancias personales de cada uno, se diría que se han ido alejando del pico de forma que ofrecieron en enero y parte de febrero. Cierto es que en el capítulo concreto de la Supercopa y en bastantes de los compromisos posteriores, el funcionamiento coral del Athletic fue magnífico. No sería exagerado afirmar que estuvo por encima de lo normal, como si el relevo en el banquillo hubiese favorecido un impulso reivindicativo que se plasmó en un fútbol muy convincente y resolutivo.

Conservar en el largo plazo semejante lucidez y energía física no es sencillo. Marcelino ha diseñado el Athletic alrededor de una idea que se aprecia juegue quien juegue e independientemente de los marcadores que ha acumulado, en general de signo positivo. Pero en el orden individual, algunos de los elementos que más se distinguieron han perdido brillo, sus prestaciones se han resentido. Capa, Vencedor, Raúl García, Williams, Muniain, Yuri,€ Lograr que se acerquen a aquella versión es el auténtico reto de Marcelino. Tiene tres semanas.

RENOVACIÓN

AGIRREZABALA, HASTA 2025

Titular en el Bilbao Athletic. El Athletic anunció el lunes que Julen Agirrezabala ha prolongado su vínculo contractual con el club bilbaino hasta 2025. El guardameta donostiarra de 20 años, formado en el Antiguoko y que recaló en la entidad de Ibaigane hace tres temporadas, ha disputado como titular este curso 11 de los 17 encuentros que ha disputado el Bilbao Athletic, donde el portero se ha ganado la confianza de Joseba Etxeberria, entre otras razones, por haber detenido dos penaltis en el transcurso de la liga. Agirrezabala pasó previamente por la filas del Basconia, donde la campaña anterior jugó 19 partidos a las órdenes de Patxi Salinas, quien le escogió como fijo en las alineaciones. De este modo, el Athletic se garantiza la permanencia de un jugador que se intuye que ascenderá al primer equipo en no mucho tiempo. Podría ser incluso la próxima campaña, en la que parece que Iago Herrerín no seguirá.