"Es mejor celebrar un título en casa, que no celebrar nada". Bajo esta premisa, la afición de Athletic , el de sus casa, para animar al conjunto de Marcelino en la final de la Supercopa ante el Barcelona. Porque la crisis sanitaria ha sacado a los socios de los estadios y ha llenado Bizkaia de restricciones. Ni reuniones de más de seis personas, ni txokos ni sociedades gastronómicas. Con toque de queda a las 22.00 horas y con los bares bajando la persiana a las 20.00. Y el encuentro comienza a las 2100 horas. Por lo que esta vez no habrá ni pantallas gigantes. Así que a los athleticzales solo les queda una opción: verlo en casa junto la familia.

Pero a pesar de ello, el ambiente que se vivió en Bilbao Sino de emoción y nervios. Al fin y al cabo, los leones no rozan un título en muchas ocasiones; por eso, aunque muchos lo preferirían ver en el bar, el partido de mañana será hogareño y familiar. Igual que la celebración. Y es que el cambio en el banquillo y, sobre todo, la buena imagen que los rojiblancos ofrecieron en la primera parte ante el Real Madrid llenan de optimismo a una afición ilusionada, con ganas de celebrar un título, aunque sea sin Pozas, ni Ledesma, ni Zazpikaleak.

Tal es la ambición, que a los seguidores rojiblanco solo le perturba una cosa: la incertidumbre de si Messi llegará a tiempo para la final. Sin embargo, prefieren que juegue o no, es algo en lo que todavía no se han conseguido poner de acuerdo.