Iñigo Martínez (Ondarroa, 17 de mayo de 1991) está de vuelta. El central se reincorporó el jueves en la dinámica de trabajo del Athletic después de regresar, junto al guardameta Unai Simón, de su estancia con la selección española, que se metió en la Final Four de la Liga de NacionesFinal Four. Y lo hace con un estímulo muy personal. Porque el partido que el lunes afronta el conjunto rojiblanco frente al Betis no es un encuentro más para Iñigo. Ofrece su carga simbólica. Es su partido número cien como león, por lo que se convierte en centenario 33 meses después de debutar en Montilivi en las filas de un equipo entonces dirigido por Kuko Ziganda. Fue un estreno un tanto agridulce para el vizcaino, ya que el Athletic sucumbió por 2-0 frente a un Girona que fue muy superior, pero dos años largos después no ha hecho más que ratificar el rol importante que estaba destinado a desempeñar en la escuadra bilbaina, en la que ha sido titular en todos sus 99 partidos que ha disputado y solo uno no lo finalizó, en la séptima jornada de la liga 2018-19 en el Camp Nou, por culpa de una lesión que le obligó a retirarse del césped a los 23 minutos de juego. Un recorrido brillante, solo ajado por la pandemia del covid-19 y por el déficit que le ha generado no competir aún como león en la Europa League, lo que habría aumentado la cifra de sus participaciones. Un partido cien que le llega curiosamente con el rival ante el que ha ejecutado su único gol que acumula como jugador del Athletic, que materializó el pasado 20 de junio, también en San Mamés, y que sirvió para dar los tres puntos a los rojiblancos (1-0), desenlace que sueña con repetir el lunes en un compromiso clave para el colectivo de Gaizka Garitano.

El ondarrutarra se ha convertido de una pieza intocable tanto para Ziganda como para Eduardo Berizzo y Garitano, los tres técnicos que le han dirigido desde que recalara en el Athletic en el último día del mercado de invierno de 2018, precisamente pocas horas después de consumarse la marcha de Aymeric Laporte al Manchester City. La Junta Directiva presidida por Josu Urrutia reaccionó sin perder un segundo y rentabilizó los 65 millones de euros recaudados por la salida del de Agen para sellar un acuerdo con Iñigo Martínez y depositar en la sede de LaLiga los 32 millones de euros a los que se elevaba su cláusula de rescisión con la Real Sociedad, a la que le pilló desprevenida aquel movimiento maestro de Urrutia. Iñigo firmó con el Athletic hasta el 30 de junio de 2023 con un blindaje que se va hasta los 80 millones de euros.

El central vizcaino no tardó en sumarse a la causa y solo necesitó un par de entrenamientos para adaptarse al Athletic de Ziganda y debutar en Montilivi, donde completó los primeros 90 minutos de los 8.900 que colecciona como león. Aquella media temporada la recorrió casi en su totalidad, ya que jugó 16 de los 17 partidos posibles de liga y únicamente se perdió el cierre de liga ante el Espanyol en La Catedral por sanción. Fue un curso extraño para Iñigo Martínez, sobre todo porque no pudo competir con el Athletic en las dos eliminatorias de la Europa League ante el Spartak de Moscú y el Olympique de Marsella al haber tomado parte en la competición esa misma temporada como jugador de la Real Sociedad, además de sufrir la penúltima crisis deportiva de la era Urrutia que supuso la salida de Ziganda, que solo cumplió uno de los dos ejercicios que tenía firmado como entrenador.

Iñigo Martínez, que solo se ha perdido trece partidos por lesiones puntuales o por sanción, disputó con Ziganda, hoy en día entrenador del Oviedo, sus primeros 16 choques, con Berizzo jugó 13, uno de ellos en Copa, y con Garitano suma los 70 restantes. Ente estos, el más duro fue, al margen del que supuso la destitución del argentino, el duelo en el Pizjuán en la jornada final de la campaña 2018-19 cuando un remate suyo se estrelló en el larguero mientras ya se cantaba el gol y, por ende, una clasificación europea que se le escapó entre los dedos al Athletic. El central se convertirá el lunes en centenario, después de haber jugado el 88% ciento de los partidos posibles, un dato que retrata su impacto.

67

Los únicos minutos que ha dejado de jugar en sus 99 encuentros oficiales, por la lesión que se produjo en la visita al Barça en el curso 2018-19.