La mayor parte de los contratos del primer equipo vencen durante el mandato de la actual directiva y unos cuantos más en la temporada siguiente a la celebración de elecciones, que Aitor Elizegi prometió tendrían lugar en fecha estival. Esto significa que Rafa Alkorta tiene una ardua labor por delante. Para empezar hay ocho jugadores que terminan el próximo mes de junio, después de que esta misma semana se cerrase un acuerdo con Daniel Vivian hasta 2023 y se procediese a la rescisión del vínculo de Cristian Ganea. De los ocho, únicamente Raúl García, cuya continuidad Alkorta confía en resolver “más pronto que tarde” según declaró recientemente, puede considerarse a día de hoy indiscutible en los planes de Gaizka Garitano. Una condición, la de asiduo titular, que en cambio sí poseen hasta cinco de los siete hombres firmados hasta 2022: Yuri Berchiche, Capa, Dani García, Córdoba y Unai López.Esto quiere decir que la mitad del bloque con que el Athletic suele presentarse a sus partidos debe pasar por el despacho de Alkorta en un plazo que no debería dilatarse en exceso, por cuanto tampoco se trata de apurar cuando la negociación afecta a elementos con peso específico en el equipo. En este sentido, también el club ha manifestado su intención de revisar la relación con Unai Simón, que acaba en 2023, a la vista de la enorme progresión que ha experimentado en su primera campaña completa defendiendo el marco rojiblanco. La operación está orientada a pactar una sustancial elevación de la cláusula del portero, que en la actualidad asciende a los 50 millones y hoy podía parecer asequible.

Entre los ocho, una vez despejado el horizonte de Raúl García, a quien presumiblemente se le ofrecerá un año, se observan situaciones muy dispares. Óscar de Marcos (31 años) y Mikel Balenziaga (32) pudieran seguir los pasos de tantos compañeros de edades similares que han ido desfilando estos cursos atrás: Susaeta, Iturraspe, Rico, San José y Beñat. Salvo al primero, con quien el club contactó demasiado tarde, a ninguno se le planteó la opción de seguir y sus salidas sencillamente coincidieron con la extinción del contrato. Respecto a De Marcos y Balenziaga, poco utilizados el último año si bien el primero estuvo lastrado por las lesiones, el director deportivo se limitó a explicar que no modificará el método para abordar sus casos. Es decir, les comunicará su criterio, previamente contrastado con el del míster, en el último tramo del curso y a la luz de la participación que hayan tenido.

El otro veterano del grupo, Iago Herrerín, quiere irse. El club es consciente y Alkorta declaró que le “facilitarían las cosas siempre que venga con la oferta de un equipo”. Recordó que existe una cláusula y el portero mantiene “un valor en el mercado”. Siendo muy cierto, no lo es menos que nadie va abonar el dinero en que está tasado y que es una incógnita hasta dónde estaría dispuesto a transigir el Athletic si aparece un club interesado. Aunque la problemática de Herrerín sea singular, el Athletic se expone a sentar un precedente en el supuesto de que permita su marcha por un precio inferior al que se pactó para su cláusula.

Lo normal es que Vesga, primer recambio para el centro del campo, firme para algunos años más. El grado de competencia en su línea es una incógnita que se irá despejando en los próximos meses viendo la participación de los Vencedor, Nolaskoain o Zarraga, así como de Sancet, capacitado para rendir en diferentes posiciones. Y quedan Larra, Guruzeta y Andoni López, sobre el papel candidatos a cesión, trámite este que implica la extensión de sus contratos al menos un año más. Es improbable que se prescinda de sus servicios, por si acaso.

El tiempo vuela

Si el futuro de los citados está mediatizado por la pronta caducidad de sus contratos, tampoco el Athletic puede dormirse en los laureles con el grueso de los futbolistas que acaban en 2022. Aparte de que el tiempo vuela, en este grupo se concentran muchos de los favoritos del entrenador. Quitando a Córdoba, que fue el duodécimo más empleado, hay cuatro que están por derecho en la alineación ideal y tres de ellos son básicos en la estructura defensiva del equipo, el punto fuerte de los rojiblancos. Yuri y Dani García cumplirían 31 años durante la presente campaña, Capa los 29. Cuando venzan sus contratos tendrán uno más. Hasta que surjan recambios fiables en sus posiciones están llamados a disputar muchísimos encuentros, al menos a las órdenes de Garitano, lo cual es un factor a considerar en las negociaciones por ambas partes.

De no mediar un vuelco que cuesta imaginar, Ibai y Kodro tienen sus días contados. Llegaron en el mercado invernal de 2019 y aún no han justificado la iniciativa de Alkorta. Al entrenador no le dicen nada, a tenor de su infrautilización, por lo que se irán. Ibai pudo hacerlo en enero, el Espanyol le pretendía, pero se lo impidieron por motivos que escapan al sentido común, máxime porque se compensaba el costo invertido en su fichaje.

La tarea de Alkorta no se circunscribe a la gestión del futuro de los quince hombres mencionados, a los que se irán agregando quienes vayan incorporándose de niveles inferiores. No cabe olvidar que 2023 es una fecha límite para otro grupo formado por gente joven, con la excepción de Iñigo Martínez, a día de hoy quizás el valor más sólido que posee la plantilla rojiblanca.