- Joseba Agirre (Ortuella, 17 de marzo de 1964) es una persona reflexiva. Mide sus palabras, pero también asoma cierta inquietud por la decisión de ciertas jugadoras jóvenes que deciden salir del Athletic, como es el caso de Damaris Egurrola, Maite Oroz y Amaiur Sarriegi. El director deportivo del Athletic femenino reconoce que toca mirarse puertas adentro, pero se queda también con las cosas positivas, como las renovaciones de Lucía García, Ohiane Valdazete… o la adquisición de los derechos de Marta Unzúe, que pertenecía al Barcelona. Pone en valor la continuidad de Ángel Villacampa en el banquillo y reconoce gestionar un presupuesto “para poder competir sin salir del mercado, sin salir de nuestra filosofía”.

¿Cómo ha sido el confinamiento para un director deportivo?

—Diferente. Nunca había pasado tantos días seguidos en casa, pero te tienes que ir adaptando a lo que hay, porque es una pandemia que nadie conocía y cada día descubrimos cosas nuevas.

Mucho teléfono, videollamadas... ¿No se desvirtúa la toma de decisiones sin un cara a cara?

—Sí se pierde el contacto visual, la comunicación directa. Era conveniente tomar cuanto antes decisiones para jugadoras, técnicos… No nos ha quedado más remedio que hacerlo a través de las tecnologías.

Acumula un año en el cargo. ¿Se echa de menos el chándal?

—De momento, no. Fueron cuatro años muy intensos como entrenador, con mucha innovación y creo que necesitábamos tanto las jugadoras como yo un poquito de respiro. Yo quería seguir en el Athletic porque es el mejor club del mundo y la verdad es que este año el fútbol femenino ha tenido mucha tela que cortar.

¿Ser director deportivo del equipo femenino le quita presión respecto a la de su homónimo en el primer equipo masculino?

—Si diría lo contrario, mentiría. No tenemos el mismo seguimiento mediático, el eco social. Es obvio. Se trata, sin embargo, de cómo se vista al equipo femenino.

Pero la desigualdad es evidente, Joseba Agirre no cobrará lo mismo que Rafa Alkorta ni Lucía García lo mismo que Iñaki Williams.

—No sé lo que cobrará Rafa Alkorta ni Williams, pero solo puedo decir que todo tiene su relación.

¿Con qué presupuesto cuenta el Athletic femenino, en concreto de cuánto dispone usted para hacer fichajes y renovaciones?

—No me han puesto un presupuesto cerrado, intentamos tener un presupuesto lógico para poder competir sin salir del mercado, sin salir de nuestra filosofía, intentamos llevar un cierto equilibrio.

No me dice cifras.

—No, aunque es obvio que está a años luz del primer equipo. Ves que las plantillas han hecho un esfuerzo para que los demás empleados puedan conseguir cobrar el sueldo íntegro y no estar en ERTE, por lo que nos toca apretarnos el cinturón y aportar lo que podamos aportar.

Lo cierto es que las diferencias entre los clubes van a más si se analizan los presupuestos del Barcelona, Atlético de Madrid y del nuevo Real Madrid de Florentino Pérez.

—Tenemos nuestra filosofía, nuestra forma de competir y eso es un hándicap, pero también es una ventaja. Las palabras de Aduriz fueron clarificantes y las tenemos que tener todos en el marco para saber lo que significa el Athletic. ¿Que vamos a tener muchas dificultades? Sí. ¿Que vamos a permitir dar oportunidades a la gente de casa a desarrollarse? También es cierto.

¿La conquista de la Liga es un objetivo utópico?

—Cada vez es más difícil. Es comparar un poco con el equipo masculino. Es más factible aspirar a la Copa.

La Copa es una espina que tiene clavada la entidad.

—La verdad es que sí y recuerdo que fue una pena la última semifinal que nos ganó el Barcelona a penaltis, porque fuimos merecedores de un mayor premio. Si hubiéramos pasado a aquella final, podríamos haber hecho historia, porque estábamos muy bien. También tuve la suerte de llegar y besar el santo con el título de liga en 2015.

¿Qué reflexión hace de que el fútbol femenino no se reanude en junio y el masculino, sí?

—Creo que es normal. Los protocolos que tiene que seguir el fútbol masculino es imposible que lo puedan llevar la mayoría de los clubes de la Liga Iberdrola. Es impensable y no estamos preparados, entre otros matices, para encerrar a los equipos durante un largo tiempo por la falta de instalaciones.

¿El fútbol femenino se puede profesionalizar a corto plazo?

—Creo que sí. Hay presupuestos para ello, pero también es cierto que hay que dar pasos en corto y no querer llegar demasiado rápido. Sabemos la experiencia del fútbol masculino y no podemos caer en los mismo errores.

¿Genera lo que cuesta?

—Si hablamos en términos económicos, no tengo una certeza. Es un paso que tiene que dar el fútbol femenino, tiene que crecer, exponerse mucho más. Ha evolucionado, pero debemos poner todo de nuestra parte para que lo genere.

¿Qué aforo podría tener San Mamés si hubiera que pagar una media de 30 euros por una entrada?

—El público que va a ver al femenino es diferente al que va a ver al primer equipo. Son padres con sus hijos y pretendemos que las niñas lleguen algún día a jugar en San Mamés. Que sientan ese gusanillo de jugar al fútbol y que lo hagan en el Athletic. Hacer una buena captación temprana es muy importante para nuestro devenir.

¿Cuándo le dio su palabra Ángel Villacampa de que continuaría como entrenador la próxima temporada?

—Llevamos hablando con él desde enero. Me dio su palabra. La voluntad del entrenador y la nuestra era la de continuar.

¿El acuerdo era de una temporada con opción a una segunda?

—Sí.

¿Y tenía el Athletic la potestad de ejecutar esa opción?

—Había unas variables que se tenían que cumplir, pero en el mejor de los casos tenía que haber un convencimiento por las dos partes, y así ha sido.

¿Llego a temer que se pudiera ir al Real Madrid?

—No, en ningún caso. Creo mucho en la palabra y Ángel me dio la suya de que quería seguir, de que estaba muy contento. Repito, con muchas ganas de hacer cosas bonitas.

Pero ya sabe, poderoso caballero es don dinero.

—Eso es obvio, pero en el fútbol femenino las diferencias económicas no son muchas. Es mejor sentirse a gusto donde te sientes importante que el dinero que te puedan dar.

¿Ha hecho el club un esfuerzo importante para que continuara?

—El mayor esfuerzo lo ha hecho Ángel. El club, también. Teníamos un acuerdo y tampoco había mucho que hablar respecto a esa faceta.

¿Tenía un plan B?

—No. Creo mucho en la palabra y estaba convencido de que continuaría, incluso estábamos trabajando desde hace tiempo en el proyecto del año que viene. También te digo que no hubiéramos tenido problemas para contratar a un nuevo entrenador.

¿Ese entrenador podría estar en casa? ¿Iraia Iturregi está preparada para coger al primer equipo?

—Iraia ha hecho una labor importante y encomiable con el filial. El Athletic ha estado en la Liga Reto de diez en todo. El año pasado entró como cuarto y este año ha quedado campeón, compitiendo muy bien y aportando jugadoras al primer equipo, y cuando las cosas van tan bien lo mejor es no tocarlas. Iraia no tiene ninguna prisa por llegar al primer equipo.

No me ha contestado. ¿Está o no está preparada?

—Creo que esa pregunta se contesta si se ve un poco el currículum de Iraia. Es una persona Athletic cien por cien. Hay que pasar por ciertas experiencias y es el primer año que está de entrenadora de un equipo. Tampoco tenemos necesidad de exponerla.

¿Para cuándo una mujer al frente del primer equipo?

—Si miras a la Liga Iberdrola, pocas hay. Cada vez hay más gente preparada, futbolistas que están acabando sus carreras y que tienen alma de entrenadoras. Dentro de unos años veremos a bastantes mujeres entrenando. Me gustaría también que hubiera mujeres entrenando a equipos masculinos, eso sí que sería normalidad.

¿Le ha sorprendido la retirada de Ainhoa Tirapu?

—No, porque conozco desde hacer años a Ainhoa, quería despedirse en buenas condiciones, quería traer la Copa, pero no ha podido ser por la pandemia. Es una decisión meditada y la tenía muy pensada.

¿Tiene vocación de entrenadora? ¿Va a tener un hueco en Lezama?

—Tiene mucho que enseñar después de todos los años que lleva. Tiene mucho sentido común, tiene la cabeza muy bien amueblada. Me gustaría que estuviese con nosotros, pero tenemos que hablar. Hasta el 30 de junio es portera.

¿Renovará Vanesa Gimbert o intuye también su retirada?

—No quiero meter presión y es una decisión que tiene que tomar ella desde la serenidad. Me gustaría que siguiese, porque es un ejemplo a seguir, que a sus 40 años se cuida como se cuida, y nos puede aportar cosas. Tengo confianza en que pueda seguir.

¿Entiende como un éxito la renovación de Lucía García?

—Ha recibido llamadas de otros clubes, pero está en el mejor club para crecer y hacerse futbolista. Se siente importante y el hecho de que una chavala que viene de Oviedo y tenga ese sentimiento de querer quedarse en el Athletic es de valorar y de estar orgulloso.

¿Es la que más cobra de la plantilla?

—Está en relación a su rendimiento, a su función de internacional.

¿Da ya por perdidas a Damaris Egurrola y Maite Oroz?

—No.

Pese a que el padre de Damaris ha desvelado que no renovará. ¿Por qué no lo han hecho?

—Porque no han querido. Tienen una oferta desde julio pasado en Boltaña y querían esperar. Piensan que es una cuestión deportiva y de momento no han aceptado.

En caso de que se marchen, ¿va a reclamar el Athletic cierta cantidad por sus derechos de formación?

—Claro. No entendería, ni el socio tampoco, que no reclamáramos unos derechos que tenemos. Tenemos que defender al Athletic y lo que hacemos es seguir el convenio que han firmado las jugadoras, y nuestro equipo es el que más presencia ha tenido en esa mesa de negociación del convenio colectivo.

¿Qué cantidad se reclamaría?

—Son 250.000 euros, tal como está estipulado. Me da pena y tristeza, pero también es una forma de ponernos las pilas, quizás mirarnos puertas adentro y saber que hemos podido fallar en algo. Entienden que quieren buscar otros objetivos deportivos y yo solo les digo que están en el mejor club donde pueden estar a su edad para dar pasos.

¿Entiende que haya quien lo considere un fracaso de Joseba Agirre?

—Seguramente habrá gente que lo piense así, pero ellas saben que el primer contacto de la renovación en el caso de Oroz lo hicimos cuando se operó de la rodilla el año pasado. La dijimos que estuviera tranquila porque la queríamos renovar, a principio de la temporada 2018-19, y con Damaris fue en Boltaña. El Athletic ha hecho todo lo posible para contar con ellas.

El otro lado de la moneda lo encarna la ejecución de la opción de compra de Marta Unzúe.

—Hemos hecho cosas buenas. Se puede considerar el primer fichaje junto al de la portera Amaia Peña. Se ha atado a Ohiane Valdezate, Ane Azkona, Ohiane Hernández… se negocia con tiempo y no se espera a última hora.

¿Habrá más fichajes?

—Se están intentando varias cosas. Hemos hablado con cinco o seis jugadoras importantes, que es nuestro deber, pero muchas veces no eres capaz de convencerlas o no ven que sea el momento. Se dan muchas circunstancias en cada caso.

¿Han tocado a alguna futbolista de la Real Sociedad?

—Nuestra misión es estar atentos a lo que pueda venir bien al Athletic y en la Real claro que hay jugadoras interesantes.

¿Cuál es la situación de Amaiur Sarriegi, la pichichi del filial?

—Acaba contrato.

¿Va a renovar?

—Llevo hablando mucho tiempo con su representante y creo que no.

¿Está la Real detrás?

—No lo sé. Le diría que entiendo que las jóvenes sean ambiciosas y que quieran llegar rápido, pero deben tener pausa. Lleva con nosotros tres años y hay cosas que te duelen.

“Hay que pasar experiencias y es el primer año de Iraia como entrenadora. Tampoco hay que exponerla mucho”

“Damaris y Oroz no han renovado porque no han querido. El Athletic ha hecho todo lo posible”

“Estamos atentos a lo que pueda venir bien al Athletic y en la Real claro que hay jugadoras interesantes”

“Me gustaría también que hubiera mujeres entrenando a equipos masculinos, eso sí que sería normalidad”

“El fútbol femenino tiene que crecer, exponerse más. Hay que poner de nuestra parte todo para que genere”