La pandemia del coronavirus no cesa en su arrastre hacia el pánico. La psicosis que genera la enfermedad va en aumento con el paso de los días y el mundo del deporte y del fútbol, en concreto, no son ajenos al momento crítico al que se ha llegado. Todo está patas abajo y nadie ofrece certezas algunas sobre lo que sucederá ni a corto ni a medio plazo. Ayer se oficializó lo que se entendía como un secreto a voces. Las dos próximas jornadas de liga que se iban a disputar en principio a puerta cerrada se aplazan también después de que los acontecimientos se precipitaran cuando el Real Madrid tuvo que poner en cuarentena a sus plantillas profesionales al dar positivo en la prueba del coronavirus un jugador y un miembro del staff de su equipo de baloncesto. La competición liguera no retomaría su pulso como mínimo hasta el 4 o 5 de abril, una vez que el último fin de semana de marzo asoma un parón competitivo con motivo de los compromisos de las respectivas selecciones. El Athletic, por tanto, deberá esperar una nueva fecha para sus duelos en San Mamés ante el Atlético de Madrid, previsto para este domingo, y el del derbi en Ipurua frente al Eibar, programado para el día 21, sábado.

El impasse se mantendrá hasta el próximo día 25, cuando se reúna la Comisión Delegada de la Federación Española de Fútbol (RFEF), que deberá tomar nuevas decisiones en función de cómo evolucione la epidemia del Covid-19. Así lo subrayó ayer Luis Rubiales, presidente de la RFEF, que precisamente no dibujó un futuro halagüeño: "Las prioridades son las personas€ No es el momento (para concretar). No tenemos elementos para decir qué va a pasar en mayo. Estamos a mediados de marzo". Rubiales sembró también más dudas sobre la celebración de la histórica final de Copa que deben disputar Athletic y Real Sociedad en Sevilla pocas horas después de que la confirmara ante los presidentes de ambas entidades, Aitor Elizegi y Jokin Aperribay, respectivamente, a pesar de aplazar la fecha inicial del 18 de abril. La tarde del miércoles proyectó buenas sensaciones en su deseo de que "La Cartuja esté a rebosar" y se apuntó los días 29, 30 o 31 de mayo como alternativas probables. Ayer, sin embargo, el dirigente federativo giró en su discurso y no descartó incluso la suspensión definitiva de la misma, por lo que se acogería al artículo 188 del Reglamento: "En caso de fuerza mayor o circunstancias especiales, la RFEF podría suspender total o parcialmente las competiciones, así como prorrogar o reducir los periodos de inscripciones, en coordinación, en su caso, con la Liga Nacional de Fútbol Profesional, cuando así resulte legalmente oportuno".

Rubiales tiró de perogrullada en el momento en que expuso tres escenarios sobre posibles desenlaces de la final de Copa: el primero respondería a jugarla con el estadio lleno de las aficiones de Athletic y Real Sociedad, que no sabe "hoy en día si es realista o no y lo será en tres o cuatro semanas"; el segundo, a jugarla a puerta cerrada, que les "dolería mucho"; y otra que, por cualquier cuestión, "fuera un virus u otra cosa", no se pudiera disputar, pero recomendó de nuevo "ir paso a paso" y si se diera el caso, buscar fórmulas.

El presidente de la RFEF reconoció que es "un momento difícil", pero defendió las decisiones que está tomando el organismo que dirige al recalcar que "todo el fútbol está satisfecho de cómo ha actuado la Federación", que ha "optado por la vía de la salud, de la integridad", así como señaló que ese caso no se ha producido, aunque están barajando "cuatro niveles diferentes, desde el rojo hasta el verde".

Lo cierto es que el aplazamiento de las dos próximas jornadas de liga y de la final de Copa obligan a una revisión del calendario, una vez que las fechas se estrechan. Parte de las soluciones llegará desde la UEFA, sobre todo si esta resuelve postergar la celebración de la Eurocopa 2020, que arrancaría este junio y cuya una de las sedes es Bilbao, al próximo año, con lo que liberaría jornadas en caso de que se desactivara la pandemia del coronavirus más pronto que tarde. En este escenario, la liga podría extenderse hasta finales de junio a la espera de las decisiones sobres las finales continentales y permitiría encajar también la final de Copa en ese tramo. La incertidumbre sigue en aumento.