bilbao - Raúl García no es amigo de los personalismos, por lo menos cuanto le toca pronunciarse al respecto. El navarro, quiera o no, se convirtió ayer en uno de los nombres propios en la victoria del Athletic en el que fue su partido número 200 como jugador rojiblanco, estadística que celebró a lo grande. El de Zizur Mayor olió como un auténtico depredador una incursión de Iñigo Córdoba para intuir el centro de este, ganar en el salto a Salisu y ejecutar un inapelable remate de cabeza que dejó en nada la estirada de Masip. Raúl García puso el 0-2 cuando solo se habían recorrido 24 minutos y estaba llamado a sentenciar. Fue el tercer tanto consecutivo que firma el 22 rojiblanco en liga, ya que hizo el único de los leones en Mendizorrotza pero que no valió para que el Athletic sumara ante el Alavés, y repitió frente al Villarreal en San Mamés desde los once metros para dar los tres puntos a los de Gaizka Garitano, consciente de lo que suma el navarro, quien, curiosamente, no se ha estrenado aún en la Copa. Quizá se lo haya guardado para la final de La Cartuja.