A la décima tampoco fue la vencida. El Athletic, timorato en su intento de poner fin a nueve jornadas de liga consecutivas sin conseguir la victoria, sumó una más al morder el polvo en Mendizorrotza, donde cayó derrotado a manos de un férreo Alavés al que le bastó mantener el orden y aprovechar sus escasas aproximaciones a las inmediaciones de Unai Simón para adjudicarse los tres puntos en juego. De nada sirvió que Raúl García, en el minuto 17, abriera el marcador y celebrara con rabia un gol que, en esos momentos, quitaba un buen peso de encima al de Zizur Mayor, quien acumulaba tres jornadas de liga sin ver portería y una única diana en las siete últimas citas en el campeonato de la regularidad. Su último tanto en jugada, con el balón en movimiento, se remontaba, además, al 30 de agosto del pasado año, cuando vacunó a Moyá en el derbi que enfrentó a Athletic y Real Sociedad en San Mamés.

Desde entonces, en un encuentro enmarcado en la tercera jornada, Raúl García solo había podido celebrar goles desde el punto de penalti, lo cual hizo ante Alavés, Granada y Celta en La Catedral y frente al Leganés en Butarque. Esos cuatro zarpazos, al igual que el firmado contra el conjunto donostiarra en San Mamés y el que consiguió en la visita al Getafe para abrir su cuenta realizadora en el presente ejercicio, estuvieron acompañados de puntos, el objetivo primordial del navarro. Por eso ayer, tras hincar la rodilla en Mendizorrotza, lo último en lo que pensó Raúl García fue en un gol baldío, estéril, que no tuvo impacto alguno en el desenlace del amargo derbi ante el Alavés.

No dio ningún fruto, no en vano, el magnífico zurdazo con el que el 22 del Athletic culminó una productiva acción ensayada a balón parado. Sorprendió Iker Muniain jugando en corto, buscó el envío al área a ras de césped Yuri Berchiche y no impactó con el esférico Mikel Vesga, pero sí un imponente Raúl García para cruzar el balón desde la frontal del área y ponerlo fuera del alcance de Fernando Pacheco, quien se resignó a ver cómo el atacante rojiblanco celebraba con rabia el 0-1. No era para menos. La victoria a domicilio, que hubiera supuesto la segunda de la temporada en liga después de la lograda en El Sadar a costa de Osasuna (1-2) en la decimocuarta jornada, se vio más cerca desde el prisma bilbaino antes de que el Alavés, en una discreta versión, diera la voltereta al luminoso con sendos goles de Lucas Pérez y Rodrigo Ely.

El 2-1 definitivo, cuando corría ya el minuto 91, llegó con Raúl García fuera del terreno de juego, toda vez que Aritz Aduriz había reemplazado al de Zizur Mayor once minutos antes con el reto de dar un refresco a la parcela ofensiva de un equipo incapaz de aguantar el envite en pie en Mendizorrotza. Sin apenas presencia ofensiva en los segundos 45 minutos, solo Iker Muniain generó ciertas dudas en la defensa gasteiztarra, que no dio más opciones de marcar a un resignado Raúl García. El rostro del navarro, sin ir más lejos, fue mutando durante el choque para finalizar con una adversa expresión como consecuencia de una dura derrota que no hace sino profundizar en la herida abierta que presentan los de Gaizka Garitano en liga.

EL DESGASTE FÍSICO La acumulación de minutos y esfuerzos, con el tránsito copero de por medio, está pasando factura a hombres como el propio Raúl García, quien solo ha completado uno de los cuatro últimos compromisos ligueros. El navarro, sustituido en los dos últimos partidos con derrota incluida frente a Osasuna y Alavés, disputó los noventa minutos contra el Getafe en San Mamés el pasado día 2, pero salió desde el banquillo siete días antes en la visita al Espanyol, cuando compareció sobre el césped en el minuto 69 en detrimento de Iñaki Williams.

Reconciliado ayer con el gol, el segundo máximo artillero rojiblanco en lo que va de temporada con un total de siete dianas, dos menos de las que suma el propio Williams, asoma, además, como el octavo león con más minutos (1.911) en un campeonato doméstico que se le está atragantando de lo lindo al Athletic, undécimo en la tabla con 31 puntos, nueve más de los que presenta el Mallorca, decimoctavo clasificado.