MALOS tiempos corren por Vigo, donde habita un Celta que recibirá mañana la visita del Athletic sin poder levantar cabeza pese al ilusionante proyecto armado al calor de la denominada Operación retorno. El regreso al club de jugadores simbólicos como Denis Suárez, Santi Mina o Rafinha Alcántara, unido a la vuelta del mediocentro Pape Cheikh, desató el optimismo en Balaídos y situó a Fran Escribá (Valencia, 3-V-1965) a los mandos de una de las plantillas más talentosas de cuantas ha conocido el entorno vigués, donde se frotan los ojos ante los malos resultados cosechados en las siete primeras jornadas de liga. Con un juego alejado también del esperado, solo la dificultad del calendario sirvió de paracaídas inicial a Escribá, el hombre que salvó de la quema al Celta la pasada temporada tras coger las riendas del equipo en la jornada 27 en sustitución del portugués Miguel Cardoso, quien previamente había relevado en el cargo al argentino Antonio Mohamed.

Fue en marzo, así las cosas, cuando Escribá, renovado en mayo hasta 2021, llegó a Vigo para liderar a un grupo de futbolistas que se vio impulsado por el factor Iago Aspas, clave en una salvación que celebró aliviada la hinchada gallega, ansiosa por ver un nuevo Celta tras el verano. La realidad, sin embargo, ha vuelto a emerger con fuerza, sin consideración, para echar el freno a una ilusión generalizada que ha dado paso a una crisis deportiva que amenaza seriamente la continuidad de Escribá, quien pidió tiempo tras arrancar la liga con compromisos sumamente exigentes. En las tres primeras jornadas, sin ir más lejos, el Celta recibió a Real Madrid (1-3) y Valencia (1-0) y visitó al Sevilla (1-1), perdiendo después en Balaídos ante el sorprendente Granada (0-2) tras quedarse con dos jugadores menos en los 30 primeros minutos del choque y firmando las tablas en su visita posterior al Atlético (0-0).

Fue a partir de ahí cuando la afición celeste entendió que su equipo empezaría a escalar puestos en la tabla, pero el empate sobre la bocina cosechado como local frente al Espanyol (1-1) y la última derrota sufrida en Ipurua (2-0) ante un Eibar que se mostró muy superior a los de Escribá encendieron definitivamente las alarmas.

PEOR QUE EL AÑO PASADO Decimoséptimo en la clasificación con solo seis puntos en siete jornadas, cuatro menos de los que presentaba el cuadro vigués a estas alturas el pasado curso bajo la batuta de Mohamed, quien aguantó en el cargo cinco partidos más, el Celta afronta el partido de mañana contra el Athletic como si de una final se tratara para su entrenador. El futuro de Escribá, no en vano, pende de un hilo, hasta el punto de que informaciones del entorno celeste apuntan a que no ha sido destituido por la falta de acuerdo con otro técnico, siendo Quique Setién, Javi Gracia y Abelardo Fernández los candidatos a aterrizar de inmediato en Vigo.